Son espacios importantes y puntos calientes de biodiversidad, actuando como amortiguadores de los efectos del cambio climático, aliviando los frecuentes episodios de sequía, protegiendo la costa de la erosión, como sumideros de nutrientes y absorbiendo CO2 que transforman en biomasa.
Celebramos el Día Mundial de los Humedales, hoy 2 de febrero se cumplen ya 50 años de la firma de la Convención Ramsar que con el objetivo de preservar estos espacios naturales trascendentales para el mantenimiento de la biodiversidad, promueve la celebración de actividades formativas y divulgativas en estas fechas.
Estos ecosistemas fronterizos y extraordinariamente dinámicos, situados entre los estrictamente terrestres y los acuáticos, no son ni ríos ni lagos y se caracterizan por presentar comunidades biológicas o usos característicos que los diferencian del entorno. El elemento agua, ya sea visible o no, es su eje vertebrador, pero un humedal es una compleja interacción de los componentes: agua superficial y subterránea, sedimentos, suelos, microrelieve, microorganismos, flora y fauna, que son el motivo de los complejos procesos que en ellos ocurren, así como de los valores funciones y servicios que nos proporcionan.
Regulan los ciclos hidrológicos, son zonas de recarga y descarga de las aguas subterráneas, amortiguando y almacenando el agua de inundación así como reteniendo el sedimento, actuando como laminadores de agua de las avenidas y crecidas de los ríos.
Son sumideros o fuentes de materiales orgánicos e inorgánicos y de nutrientes, que finalmente transforman en biomasa vegetal y animal, por lo que son sistemas de alta productividad biológica, compitiendo incluso con los sistemas más productivos de la agricultura intensiva. Dado que permanecen activos durante el verano, cuando el resto de las áreas sufren un gran estrés hídrico, constituyen “islas oasis” en el paisaje y son refugio de especies vegetales y animales que necesitan mayor grado de humedad, siendo verdaderos corredores naturales que facilitan la inclusión de organismos en entornos áridos y semiáridos. Hay que tener en cuenta que más del 40% de especies de aves del mundo viven en los humedales, y algunas de ellas son endémicas, nidificantes y/o invernantes.
Son un reservorio genético con un alto potencial económico para la industria alimentaria y la farmacéutica, además de fuente de alimento, productos, recursos forestales, son lugares de ocio recreo un recurso turístico y un sistema natural para el aprendizaje de muchas cuestiones ambientales, sin olvidar su gran valor cultural e histórico.
Los humedales de nuestra región son de diversas tipologías, desde las lagunas, salinas costeras y de interior, bosques de ribera, charcas y pozas, fuentes y manantiales, etc, hasta elementos puramente artificiales como embalses o depuradoras de lagunaje, que albergan numerosos hábitats de interés prioritario y taxones incluidos en los anexos de la directiva hábitat.
Desde que se iniciaran los trabajos para su inventario, el número de este tipo de espacios se ha ido reduciendo, a consecuencia no solo de ajustes en las definiciones o criterios para definirlos, si no por efecto del impacto de las actividades humanas, agroganaderas y urbanísticas principalmente. Las ocupaciones de estos espacios de forma directa por construcciones o la influencia de los vertidos que los cultivos agrícolas, situados demasiado cerca o dentro de los humedales, derivan en la entrada de caudales de aguas más dulces y cargadas de nutrientes que desequilibran el ecosistema, fomentan el desarrollo de carrizos en detrimento de otras comunidades arbustivas y homogenizan el paisaje. A su vez este problema afecta directamente a las aves que alberga, ya que muchas de ellas necesitan espacios abiertos entre el matorral de porte mas pequeño, desapareciendo de ese entorno. Consecuentemente las especies que dependían o eran predadas por estas también se ven afectadas. Podemos ver con este ejemplo como el impacto en un componente del ecosistema desencadena efectos en cadena con consecuencias graves y a menudo imprevisibles.
Gracias a la reciente publicación en el BOE, del inventario regional de humedales de la Región de Murcia después de 15 años desde el decreto que desarrolla esa obligación, estos espacios quedan descritos y delimitados, adjudicándoles un código que se incluye en el Registro de la Propiedad, lo que obliga, al menos de forma teórica, a tenerlos en cuenta para valorar previamente las actividades que en esas parcelas se quieran llevar a cabo. La presencia de estos enclaves fundamentales para la supervivencia de aves acuáticas, peces y anfibios también será determinante a la hora de elaborar posibles Declaraciones de Impacto Ambiental.
En nuestra región, de los 107 humedales existentes en la Región en 1990, que se redujeron a 98 inventariados en el 2000, solo 52 han quedado finalmente en firme en el citado Inventario publicado BOE (ver tabla al final).
Ecologistas en Acción de la Región Murciana sigue dedicada a la sensibilización y divulgación de los valores medioambientales, dando a conocer a la sociedad la enorme biodiversidad que albergan estos entornos y las amenazas que sufren, de manera que la ciudadanía forme parte activa en su protección, y generaciones futuras puedan seguir disfrutando de los beneficios que nos regalan estos valiosos espacios naturales.
Humedales de la Región de Murcia incluidos en el Inventario español de Zonas Húmedas
(https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2019-8692)
Mar Menor y La Manga
Mar Menor; Encañizadas; Playa de la Hita y Saladares del Aeropuerto; Desembocadura Rambla de la Carrasquilla; Playa de Las Amoladeras; Punta del Pudrimel.
Ramblas, Bosques de ribera, marismas…
Humedal de Ajauque y Rambla Salada; La Alcanara; Cañón de Almadenes; Cañaverosa; Arrozales de Calasparra y Salmerón; Río Chícamo; Charco del Zorro.
Saladares
Los Urrutias; Lo Poyo; Punta de Las Lomas; Saladares del Guadalentín (margen derecha); Saladares del Guadalentín (margen izquierda); Marina de Cope; Playa del Sombrerico; Cañada Brusca; Matalentisco; Altobordo; Boquera de Tabala.
Salinas
San Pedro; Marina del Carmolí; Marchamalo; Rasall; Salinas y Rambla de Molina; La Ramona; Principal; La Rosa.
Lagunas
Lagunas y Rambla de las Moreras; Campotéjar y Rambla del Salar Gordo; Lagunas de las Salinas; Cabezo Beaza; Los Alcázares; El Algar.
Embalses
Cárcabo; Quípar; Argos; Moratalla; La Risca; Moro; Puentes; Valdeinfierno; La Cierva; Azud de Ojós; Depósito Regulador del Mayés; Pliego; Judío; Algeciras; Los Rodeos.