Recién comenzado el segundo trimestre en los centros escolares tanto universitarios como no universitarios, y ante las condiciones meteorológicas que está sufriendo la Región de Murcia, desde Verdes-EQUO RM lamentamos que la Consejería de Educación siga sin implementar medidas eficaces tanto para paliar la situación de semipresencialidad como para evitar las bajas temperaturas en las aulas, debidas a la situación de pandemia de Covid-19.

Tanto la Asociación de Directivos de Centros Públicos de la región como los sindicatos han denunciado que el régimen de semipresencialidad, por el que el alumnado de Primaria y Primer Ciclo de Secundaria dejan de ir un día a la semana a clase, y los de Segundo Ciclo de la ESO y Bachillerato sólo van a clase el 50% del tiempo, está dificultando el proceso de enseñanza y aprendizaje, lastrando en un 20% el avance de los contenidos previstos en el curso acedémico. Además, la semipresencialidad ha puesto en evidencia las desigualdades sociales en nuestra región, sobre todo en lo que respecta a la posesión de material informático y al acceso a Internet. Más de 100.000 hogares de la Región de Murcia carecen de un ordenador, lo que supone el 20% de las familias, material imprescindible para poder seguir la enseñanza en linea, a pesar de que se han destinado fondos para surtir de ordenadores a las familias más vulnerables.

En cuanto a las condiciones de temperatura en las que se desarrollan las clases, Verdes EQUO recuerda que la temperatura mínima a la que se puede impartir clase es de 17°C, según el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, sobre Condiciones Ambientales de los Lugares de Trabajo. Impartir y recibir clase por debajo de esa temperatura sería, pues, claramente ilegal.

Desde Verde-EQUO RM reclamamos que la Consejería de Educación invierta fondos de manera urgente para mejorar las condiciones de trabajo en las aulas, tanto mediante la contratación de personal docente con el fin de disminuir las ratios, para que se termine con la situación de semipresencialidad que perjudica al sector más vulnerable de la sociedad, como con la adquisición de medidores de CO2 para monitorizar los niveles de dióxido de carbono en las aulas, así como filtros HEPA para los centros educativos en los que no se supere la temperatura mínima legal, como medidas para, por un lado, luchar contra la pandemia, pero sin mermar la calidad de la educación.