Queremos ampliar su espacio de actividad para garantizar que los puestos autorizados cumplan las medidas de seguridad
Entrada la anormalidad en la que vivimos, fue necesaria la implementación de medidas que garantizasen la salud de las personas. La excesiva prudencia nos llevó a limitar la oferta del comercio ambulante. Pasados ya unos meses desde la puesta en marcha de las medidas sanitarias, podemos afirmar que el sector de mercados ambulantes sufre un trato desigual al resto de comercios minoristas.
Es lógico que, en una epidemia, se regulen las condiciones de oferta y demanda, esto es: la obligación de límites de personas en espacios cerrados y facilitar la higiene por parte de los comerciantes. No así la limitación en la oferta de productos.
Debido a la restricciones causadas por la COVID-19, muchos comerciantes ambulantes se han visto forzados a acudir a comedores sociales. Viven una situación de gran vulnerabilidad al no poder desarrollar su actividad comercial.
Mientras que en grandes centros comerciales como Nueva Condomina están forzados a limitar el aforo, en mercadillos la limitación es al número de puestos. Esta arbitrariedad sin justificación perjudica a decenas de familias en nuestra Región. Además, éstos cuentan con la ventaja de estar al aire libre, convirtiéndolo en un lugar más seguro que los recintos cerrados.
Pedimos que se trate de forma igual a los mercadillos autorizados que al resto de comerciantes. Además, hacemos un llamamiento a los ayuntamientos para que amplíen la zona de actividad comercial utilizando más calles. Es crucial dotar de seguridad jurídica a este sector para impedir