Pese a la crisis de la COVID-19, dos tercios de la población murciana han seguido respirando aire con más ozono del recomendado por la Organización Mundial de la Salud
La reducción de la movilidad por la crisis de la COVID-19 ha provocado una mejora sin precedentes de la calidad del aire, también en relación al ozono troposférico. No obstante, un millón de habitantes de la Región de Murcia han seguido respirando aire contaminado por ozono durante el verano de 2020. El Informe anual sobre la Contaminación por Ozono de Ecologistas en Acción concluye que el 69 % de la población y el 87 % del territorio murciano han estado este año expuestos a unos niveles insalubres de este contaminante. El Gobierno de Murcia sigue sin adoptar medidas eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que eviten los episodios puntuales y reduzcan los elevados niveles de fondo.
El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2020 en 483 estaciones oficiales de medición de ozono repartidas por todo el territorio español, entre ellas 8 situadas en la Región de Murcia.
En lo que respecta a la Región de Murcia, entre sus principales conclusiones, destacan:
· El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante secundario que en verano afecta a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial.
· El ozono troposférico sigue siendo el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio. Durante 2020 sus niveles se han reducido de forma importante, interrumpiendo la tendencia estacionaria o al alza de los últimos años, como consecuencia de la drástica disminución de las emisiones de sus contaminantes precursores en la industria y en el transporte, por efecto de la crisis de la COVID-19.
· El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2020 al 69 % de la población y el 87 % del territorio murcianos, en las zonas Norte, Valle de Escombreras, Murcia Ciudad y Litoral-Mar Menor.
· Si se considera el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, por primera vez desde que se dispone de registros no habría población que haya respirado aire contaminado por encima del estándar legal.
· La frecuencia de las superaciones de los estándares legal y de la OMS ha sido muy inferior a la de años precedentes, con un descenso de respectivamente el 84 % y el 66 % en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de la Región.
· La mejoría de la situación ha sido en especial relevante en las zonas Centro, Norte y Cartagena, con una reducción del número de días con mala calidad del aire superior al 75%. En la estación de Lorca no se ha registrado ni una sola superación de la recomendación de la OMS. De manera puntual, el ozono se ha disparado en la estación industrial del Valle de Escombreras.
· Escombreras, instalada en 2018, que ha pasado de ser la que venía registrando en la región niveles inferiores de ozono a la que este año sufre los más altos.
· La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el Estado español. Las personas más afectadas son niñas y niños, personas mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.
· El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
· La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. La red de vigilancia está obsoleta y la página Web autonómica de calidad del aire no permite la descarga de datos históricos para seguir la evolución de la contaminación. Resulta elemental por ello que el Gobierno de Murcia se esfuerce por mejorar la información de la calidad del aire en su Comunidad.
· Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. El borrador de Estrategia para la Mejora de la Calidad del Aire 2020-2025, orientada a mitigar los elevados niveles de ozono en la Comunidad, no contiene medidas para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno y sigue sin tramitarse.
· Pocas ciudades cuentan con protocolos de actuación frente a las puntas de contaminación por ozono. El de Murcia no contempla medidas de limitación del tráfico en episodios de ozono.
· Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son la disminución del tráfico motorizado, la adopción de las mejores técnicas industriales disponibles, la sustitución de los disolventes orgánicos por agua, el ahorro y la eficiencia energética y el apoyo a las energías renovables. También es necesario agilizar el Área de Control de Emisiones acordada para el Mar Mediterráneo, penalizar fiscalmente a los vehículos diésel y una moratoria para las grandes explotaciones ganaderas intensivas.
· La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia viene a corroborar que la reducción de las emisiones de precursores sí es efectiva para combatir la contaminación por ozono.