La Diócesis de Cartagena celebra que uno de los sacerdotes de su presbiterio, Mons. Fernando Valera Sánchez, ha sido nombrado, por el Papa Francisco, obispo de Zamora. El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, ha hecho público el nombramiento esta mañana durante la presentación de su carta pastoral, retransmitida a través de la web de la Diócesis.
A las 11:30 horas, desde el patio del Palacio Episcopal y con la asistencia de un grupo de sacerdotes y seminaristas, el obispo de Cartagena comenzaba la presentación de su carta pastoral para toda la Diócesis. A las 12:00 horas, ha interrumpido su presentación para comunicar el nombramiento de Mons. Fernando Valera como obispo de Zamora. A las campanas de la catedral de Murcia, que repicaban con intensidad, se sumaban los aplausos de los presentes.
Mons. Lorca Planes ha mostrado su alegría por este nombramiento que es «un regalo para la Diócesis y es también un reconocimiento a la calidad del presbiterio de la Iglesia de Cartagena». El prelado ha dado gracias a Dios «por la voluntad expresa del Santo Padre para que Valera sirva en la Iglesia de Zamora» y ha pedido oración por su nueva tarea.
El obispo electo de Zamora ha dado las gracias, en primer lugar, a Dios por su llamada al sacerdocio, que sintió con 15 años cuando comenzó a formar parte «del grupo de oración de sor Teresa». Desde la emoción, ha recordado el papel importante de sus padres, de los que aprendió «a trabajar y a vivir dando la vida». También ha tenido presentes en sus primeras palabras a sus hermanos, familia y amigos; con una mención especial a la Diócesis de Cartagena, a los sacerdotes y a los distintos miembros de los equipos de los seminarios, de los que es director espiritual desde 2011. «¡Qué alegría pertenecer a este presbiterio! ¡Cuánto he aprendido de vosotros! Gracias a los que durante estos años habéis compartido esta tarea», ha expresado Mons. Valera Sánchez, manifestando también su gratitud a Mons. Lorca Planes por su entrega y confianza. El obispo electo de Zamora ha reconocido con emoción que ser sacerdote es «lo más grande» que le ha pasado en la vida.
Sobre la diócesis de la que será pastor tras su ordenación, el próximo 12 de diciembre, ha reconocido ser consciente de que es una Iglesia con profundas raíces creyentes y «una cantera de santos y mártires». Para finalizar, ha expresado su deseo de trabajar por el bien común y ha encomendado su ministerio episcopal a los patronos de la Diócesis de Zamora y de la capital zamorana –san Atilano y san Ildefonso–, y también a la Virgen María para ser «humilde y sencillo como ella, sabiendo llevar a Jesús a los hombres y mujeres de Zamora».