El crecimiento del paro incorpora a todos los trabajadores considerados inactivos el trimestre pasado por verse imposibilitados a una "búsqueda activa de empleo" por el confinamiento y la ocupación, aún sostenida en parte por los ERTES, repunta mayoritariamente por el empuje del empleo asalariado temporal. UGT se muestra preocupada por el mal comportamiento del empleo agrícola y demanda, con carácter general, políticas de empleo, de protección social y económicas, también a largo plazo, para asegurar un futuro sostenible y justo a la economía regional.
Como consecuencia del fin del estado de alarma en junio, el número de activos se recupera con vigor en este trimestre respecto al pasado (durante el confinamiento, al no poder realizar una "búsqueda activa de empleo" a las personas desempleadas se las consideraba inactivas), pero lamentablemente, esta circunstancia también provoca el incremento del desempleo: nuestra tasa de paro crece 1,59 puntos, hasta alcanzar al 17,21% de los activos. Respecto al mismo trimestre del año anterior, el número de desempleados crece en 8.600 y nuestra tasa de paro, más de tres puntos porcentuales.
En cuanto a la ocupación, debe señalarse que incluye a las personas en Expedientes de Regulación de Empleo y que se recupera en casi todos los sectores, a excepción de la Agricultura, que pierde 15.300 ocupados respecto al trimestre anterior. En términos interanuales, la pérdida de empleo como consecuencia de la pandemia se contiene gracias al sector servicios, que gana 6900 ocupaciones, un 1,66% respecto al año anterior.
La población asalariada, que crece en 31.700 (6,4%) absorbe en solitario este incremento de la ocupación, ya que los trabajadores por cuenta propia disminuyen en 3.200 (-3,5%). Asimismo, los asalariados con contrato temporal crecen con mayor dinamismo (13,21%) que los asalariados indefinidos (3,65%).
Ello eleva nuestra tasa de temporalidad casi dos puntos porcentuales, situándose en el 30,3% en este tercer trimestre del año.
Por sexos, tanto mujeres como hombres incrementan sus cifras de desempleo y ocupación, aunque ellos en mayor medida que ellas. No obstante, este mejor comportamiento relativo del empleo femenino refleja también un incremento de la precariedad laboral entre las mujeres, de modo que, acortan ligeramente sus brechas en cuanto a tasa de empleo y tasa de paro, pero las incrementan en cuanto a temporalidad.
Respecto a la media nacional, la Región de Murcia, aunque presenta un mayor tasa de empleo, sigue consolidando también rasgos de mayor precariedad, con una tasa de temporalidad 6,1 puntos superior a la media, y una tasa de desempleo superior en 0,95 puntos a la estatal.
Ante estos datos, correspondientes al III Trimestre de 2020, hechos públicos hoy por el INE a través de la EPA, UGT hace la siguiente valoración:
Desde UGT mostramos nuestra preocupación por el impacto que esta crisis ha tenido sobre el empleo de la Región, pero muy especialmente por la precariedad en la que se está sustentando la recuperación económica.
Una recuperación económica que por ello precisamente, está resultando ser muy frágil, y vulnerable a un empeoramiento de la situación sanitaria como el que estamos viviendo en estos momentos. En los próximos meses, además, afrontaremos nuevas incertidumbres y problemáticas para el empleo regional, a pesar del sostén de los ERTES, como consecuencia de las nuevas estricciones impuestas a la actividad con el nuevo estado de alarma y de que mucho empleo estacional que habitualmente se genera con la campaña de Navidad en los últimos meses del año puede no llegar a generarse.
El mal comportamiento del empleo agrícola en este trimestre, teniendo en cuenta que es un sector esencial que no debería haberse visto especialmente perjudicado por la pandemia, introduce además, otro factor de riesgo para la economía regional, sobre el que debería actuarse con inmediatez para atajar una destrucción de empleo y una precariedad que resultan llamativamente significativas.
Por todo ello, desde UGT consideramos que no es posible salir de la crisis reduciendo derechos y precarizando el empleo, que fue uno de los principales errores que se cometieron en la crisis de 2008. Lo prioritario es controlar la situación sanitaria, pero también asegurar condiciones de seguridad en los centros de trabajo para minimizar los contagios por esta vía y procurar adecuados mecanismos de protección social y de mantenimiento del empleo para los trabajadores y trabajadoras. Deben mantenerse los estímulos públicos y las políticas expansivas pero no solo para aportar soluciones coyunturales, sino también con el punto de mira puesto en un futuro que estimule un modelo de crecimiento basado en la sostenibilidad, la innovación, la tecnología, la calidad de nuestros productos y servicios y, por supuesto, del empleo que los sostiene. La nueva Estrategia Regional de Empleo de Calidad y los recursos que podamos obtener de los Fondos UE serán, sin duda, una buena oportunidad para ello, que esperamos cuenten con la participación efectiva de los Agentes Sociales.
