Hoy jueves 30 de Julio de 2020 acaba el curso, mientras el total del personal docente y no docente de los centros educativos espera con impaciencia conocer cómo se va a llevar a cabo la vuelta a clases presenciales el próximo curso escolar.
Pues bien, ya lo tenemos, aquí está, hoy, para que no tengamos tiempo de reaccionar, se publica la Orden conjunta de las Consejerías de Salud y de Educación y Cultura, por la que se restablece la actividad educativa presencial a partir del curso 2020-21 en los centros educativos de enseñanzas no universitarias.
Entre sus objetivos: crear entornos escolares saludables y seguros a través de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud adaptadas a cada etapa educativa.
La Ministra de Educación, que empezó hablando de 15 estudiantes por aula y terminó cediendo incluso en la distancia de seguridad, espera que cada CCAA sea responsable y reparta con sentido común el presupuesto que se les ofrece.
Lo deja todo en manos de la decisión de nuestra Consejera de Educación, que tras años de desmantelamiento de la educación pública, no ha tardado en tranquilizar a la privada concertada sobre las ayudas económicas.
Para la Escuela Pública no ha dicho más que van a “precario contratar” 500 docentes durante el primer trimestre y que se plantean sobre todo para el apoyo de la Educación Infantil, aunque sabemos que no tocan ni un recurso personal por centro educativo.
Desde el sindicato STERM tenemos muy claro que las escuelas deben estar abiertas, la presencialidad es importante para el desarrollo de la actividad educativa, pero ya les decimos las personas que estamos al frente de los grupos de alumnas y alumnos, que los espacios o aulas en las que tenemos que realizar nuestra actividad no cumplen los requisitos de distancia.
Sin recursos personales será imposible llevar una educación presencial donde evitemos el contagio.
Ni gruposclase burbuja, ni planes de contingencia pueden hacer frente a las deficiencias estructurales que sufre nuestra enseñanza ya que no se ha dispuesto un presupuesto que incluya un aumento en los recursos humanos, ni una ampliación de espacios educativos para poder desdoblar las aulas.
Y de CONCILIAR, ni hablamos, para eso está la familia, para eso están las mujeres, que se apañen como puedan y que se vayan comprando unos EPIs para las abuelas canguro.
Necesitamos bajar las ratios para poder atender a nuestra población escolar y evitar, por todos los medios, que abrir las escuelas suponga una vuelta al confinamiento.
Aunque quizás sea eso lo que espera la Consejera de Educación, le conviene el confinamiento ya que le sale gratis.
A quien no le va a salir gratis es a las familias, que tendrán que hacer malabares para atender a sus hijas e hijos y al mismo tiempo trabajar, si es que pueden teletrabajar, porque en una región como la nuestra, donde la mayoría de los trabajos son esenciales, una cuarentena puede arruinar la economía de una familia.
Tampoco le va a salir gratis a las niñas y niños, que necesitan socializar para desarrollarse, ya no hablemos de brecha digital, económica y social.
¿Dónde quedan los derechos de la infancia? ¿Y el derecho a la Educación? En STERM lo tenemos claro: negociación con toda la comunidad educativa, inversión pública para garantizar la salud y la educación, reducción de ratios, aumento de plantillas de personal docente y no docente, ampliación de espacios interiores y al aire libre y medidas concretas de conciliación.
Por todo ello, desde el sindicato anunciamos que no nos quedaremos de brazos cruzados y auguramos movilizaciones para exigir a Educación que dé marcha atrás a sus planes de abandono educativa y se avance en una propuesta que suponga el refuerzo de la Escuela Pública de manera estructural.