La R. Murcia registra un importante aumento de parados (+15.200) y una disminución de la ocupación (-6.200).
La tasa de paro aumenta hasta el 16,1% (España: 13,8%).
Solamente Servicios mantiene la ocupación
Avanza el empleo a tiempo completo.
El mercado laboral murciano registró un balance desfavorable en el cuarto trimestre de 2019 en el que se dio un descenso de la ocupación y un aumento del desempleo, (influidos por la estacionalidad de la época), según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el INE
En particular, se contabilizan 117.200 parados, 15.200 más que en el tercer trimestre de 2019, lo que supone la tercera mayor subida de las distintas regiones en términos relativos (+15%) tras Cantabria (+29,5%) y Extremadura (+19%), y frente a una media del +0,7%. A su vez, la ocupación también empeoró (-6.200 personas, -1%) mientras el mercado laboral nacional muestra registros positivos (+0,5%). Estos registros repercuten en la tasa de paro, que aumenta hasta el 16,1% (13% para varones y 20% para mujeres), casi dos punto más que en el tercer trimestre y comparativamente peor que la española (13,8%). En términos anuales, la Región acumula 3.500 parados más (+3,1%) y 7.300 ocupados más (+1,2%) que en el cuarto trimestre de 2018, datos menos dinámicos que los nacionales (-3,4% y +2,1% respectivamente).
Sector Servicios y empleo público salvan la anualidad
Atendiendo a un análisis por sectores, los que registran un peor balance son Construcción (1.700 ocupados menos que en el trimestre anterior), Industria (-1.400) y sobre todo Agricultura (3.100 ocupados menos), que se ha visto muy afectada por la escasez de recursos hídricos y una climatología muy inestable. En cambio, Servicios es el único que mantiene los niveles de ocupación (+100 ocupados), aunque con un comportamiento irregular de sus distintas ramas de actividad, entre las que queda rezagada Actividades artísticas, recreativas y empleo doméstico (-4.500), mientras sobresalen Comercio, reparación de vehículos, transporte y hostelería (+1.600) y Administración Pública, educación, sanidad y servicios sociales (+3.700).
En el acumulado de los últimos doce meses, solamente mejora la ocupación en Servicios (+19.500) y Construcción (+3.500), siendo notorios los retrocesos en Industria (-4.000) y Agricultura (-11.700). La evolución sectorial contribuye a explicar que en el último año haya aumentado el número de asalariados del sector público (+9.600) mientras se destruye empleo en el privado (5.400 asalariados menos).
Por otra parte, los indicadores cualitativos del mercado laboral ofrecen resultados encontrados: mejora el empleo indefinido (1.900 asalariados más que a finales de 2018) pero la tasa de temporalidad se mantiene en cifras elevadas (32,5%, frente a 26,1% en España), aumenta la ocupación a tiempo completo (+9.300) aunque también lo hace el paro de larga duración (+1.900 personas que llevan más de un año parados). Finalmente, la creación de empleo se ha concentrado en los mayores de 45 años (20.000 ocupados) en detrimento de quienes no llegan a esa edad (-12.700).
Menos dinamismo que la media nacional
En definitiva, en el balance del año para el mercado laboral de la Región de Murcia predominan las connotaciones negativas sobre las positivas. Y es que, aunque en términos anuales se siga creando empleo, simultáneamente aumenta el número de parados, circunstancia no dada desde el inicio de la recuperación.
En cualquier caso, será necesario promover las medidas específicas que permitan superar este hecho. Aunque es cierto que determinados condicionantes han afectado sobremanera a la Región de Murcia -falta de recursos hídricos, climatología,...- no por ello resulta menos inquietante la pérdida de dinamismo observada en el tramo final del año, más aun si se compara con la mejoría general registrada en el ámbito nacional. Urge por tanto, dar nuevos bríos a una planificación estratégica regional que permita sustentar un proyecto económico y laboral estable a medio plazo, menos supeditado a factores coyunturales. Para ello, sería deseable reforzar aún más la concertación y el diálogo social, auténticos ejes vertebradores de acuerdos socialmente beneficiosos, tal como se ha puesto de manifiesto recientemente en el ámbito nacional.