Los jóvenes de entre 18 y 25 años ahorran para hacer crecer su capital (33%), financiarse los estudios (22%) y para cubrir posibles imprevistos (20%), según datos del Barómetro del Ahorro del 2019 del BBVA. Una buena educación financiera es clave para el ahorro y una sociedad analfabeta en este sentido tiene un efecto perjudicial para sí misma y para la economía de un país. «Varios estudios demuestran que una mejora en la formación financiera de la población mejora el comportamiento en aspectos como el ahorro, la planificación de la jubilación, la adquisición de productos financieros de inversión o la selección de créditos, hipotecas o refinanciaciones», explica Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. Para la experta, la manera de entender el dinero y de relacionarnos con él responde a el que las personas de referencia nos han trasladado a lo largo de la vida, principalmente padres y profesores.
«La educación financiera debe comenzar en la familia y debe continuar en las escuelas, y debería seguir en la universidad, porque nos relacionamos con el dinero constantemente. Tal como se enseña a reciclar o una dieta sana y equilibrada, también se debería enseñar el valor del dinero, las diferentes monedas y qué son el ahorro y la inversión», considera Ruiz-Dotras.
Consejos para las nuevas generaciones:
1. Ahorrar con una hucha. «Es bueno que desde pequeños los niños aprendan a ahorrar, un buen regalo es una hucha», detalla la experta. Se considera útil que desde pequeños se socialicen con conceptos y nomenclaturas financieras, y que hacia los 6 o 7 años empiecen a desarrollar hábitos.
2. Recompensar el esfuerzo. Aprender que detrás de un valor monetario hay un esfuerzo, es importante. Es bueno enseñarles a ahorrar remunerándolos con lo que puntualmente represente un esfuerzo para ellos. «No se trata de dar dinero porque sí, han de aprender a valorarlo», explica Ruiz-Dotras.
3. Contar dinero. Según Ruiz-Dotras, es importante enseñarles a contar el dinero de la hucha para que sepan el valor que tiene. El hecho de tener el dinero en metálico ayuda cuando son pequeños a entenderlo mejor y tomar consciencia del dinero.
4. Abrir una cuenta de ahorro. «Cuando son algo más mayores, es bueno tener una cuenta de ahorro y que los jóvenes entiendan que detrás de este dinero hay un esfuerzo», afirma, aunque añade que «también puede ser un regalo en ocasiones especiales». Según datos de los boletines Pisa in Focus de 2017, en España los estudiantes que disponen de una cuenta bancaria tienen un mejor rendimiento en alfabetización financiera (con una puntuación de más de 20 puntos) que los estudiantes de estatus socioeconómico similar que no tienen una cuenta bancaria.
5. Hablar del valor temporal del dinero. Tienen que entender que a más largo plazo puede haber más rendimiento. «Los pequeños y los no tan pequeños a menudo son impacientes y prefieren una unidad hoy de lo que más les gusta que dos unidades mañana. Los jóvenes y los no tan jóvenes deben aprender a tener paciencia cuando hablamos de dinero», explica Ruiz-Dotras. Según la experta, a menudo las personas cuando ven que algún producto financiero pierde dinero, lo cancelan enseguida en lugar de esperar, aunque quizá sería lo mejor. Este aspecto es importante principalmente para las nuevas generaciones que están acostumbradas a la inmediatez.
6. Entender para qué sirven los ahorros. «Si quieren algo especial es importante que hagan uso de ese dinero; es contraproducente comprarles todo lo que quieren porque entonces no dan ningún valor al dinero ni hacen ningún esfuerzo para obtenerlo, y, a la larga, de más mayores, esto les puede llevar al hábito de gastarse todo el dinero», afirma.
7. Hacerlos partícipes del hábito de ahorro en casa y en la escuela. La socialización primaria es importante para tener un buen ejemplo, y el entorno educativo y el hogar son buenos lugares. Ruiz-Dotras recomienda que los padres expliquen a los hijos cómo ahorran, del mismo modo que en la escuela puede haber una hucha donde puedan ahorrar y usen dinero de juguete.
8. Buscar maneras creativas para «ganar» dinero. En las escuelas, principalmente cuando se estudian matemáticas, es importante trabajar ejemplos en los que se sume o se gane dinero en lugar de perderlo. «Deesta manera se empieza a programar la mente de manera positiva con respecto al dinero», explica.
9. Entender qué conlleva una mala gestión del dinero. «Los padres deben ayudarlos a entender que un mal uso del dinero hace que no se tenga cuando se necesita», explica. Una opción es tener un teléfono de prepago para que gestionen el uso del dinero a medida que consumen minutos sabiendo que les ha de durar un mes. Para Ruiz-Dotras es importante porque cada vez más se paga digitalmente, solo un 39 % de los españoles opta por pagar en metálico sus compras y los mileniales hacen el 80 % de los pagos con tarjeta. «Este fenómeno contribuye a que se pierda la conciencia del dinero y de su valor porque dejemos de tocarlo, y por tanto es positivo buscar maneras alternativas para desarrollar esta conciencia», afirma.
10. Ganarse la paga, no regalarla. «Si se opta por dar un importe cada semana a los jóvenes, este importe debe ser a cambio de algún esfuerzo, no es bueno que sea sin motivo», advierte Ruiz-Dotras. Sin embargo, según el informe PISA de 2017, el 80 % de los estudiantes conseguía dinero en forma de regalos. «Los adultos conseguimos una remuneración a cambio de un trabajo y eso también lo deben aprender los jóvenes», explica Ruiz-Dotras. Es importante enseñarles a administrar ese dinero a lo largo de la semana, a ahorrar por si se necesita más adelante, y, en caso de que se les hayan acabado los ahorros, se les puede ofrecer un “préstamo familiar” que tengan que ir volviendo. «De este modo se comienza a conocer el lenguaje financiero», considera Ruiz-Dotras, también investigadora del grupo de investigación DigiBiz de la UOC.