Las patologías de capilaridad en planta baja y filtración lateral en sótanos, garajes y trasteros son las que más afectarán a los hogares de las zonas que han padecido esta terrible Gota Fría
En las últimas semanas el fenómeno conocido como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha devastado diversas zonas de la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y también ha afectado a parte de Andalucía Baleares y Castilla La Mancha. Lamentablemente las pérdidas materiales han sido incalculables: hogares, comercios e instituciones completamente destruidos por las lluvias torrenciales que necesitarán fuertes rehabilitaciones para poder volver a su estado original.
Tras estas primeras semanas ya podemos comenzar a diferenciar si los edificios afectados padecen humedades de tipo accidental - como goteras en cubierta debido a las fuertes lluvias- o de tipo estructural – vienen del terreno saturado de agua que se filtra hacia muros y cimientos. Lamentablemente estas últimas son humedades crónicas y prácticamente irreversibles si no se combaten con el tratamiento adecuado y son las más dañinas tanto para la resistencia estructural de la edificación como para la salud de los habitantes.
Dentro de estas patologías estructurales la capilaridad y la filtración lateral son los dos fenómenos que están padeciendo o padecerán a corto plazo los inmuebles afectados por la DANA.
Las humedades por capilaridad aparecen porque el terreno tiene que absorber mucha humedad y los muros de los edificios –que poseen una gran capacidad de absorción del agua subterránea– filtran el agua como si fuera una esponja. Y es en esa fase, cuando los materiales en contacto con el agua subterránea y con la tierra húmeda dejan subir la humedad por sus paredes y capilares, provocando humedades que pueden llegar al metro y medio de altura.
Las humedades por filtraciones laterales suelen aparecer en los garajes, sótanos y plantas bajas. Aparecen cuando el agua presente al otro lado de un muro penetra dentro del edificio a través de la pared de forma lateral. Por ello, todas las estancias en contacto directo con la tierra sobre la que esté construida el edificio son muy sensibles a padecer este tipo de humedades.
Diagnosis de las humedades estructurales
Murprotec responde a las preguntas más comunes que puedan surgir y ofrece unas pautas para que los afectados puedan hacerse una idea, a simple vista, de a qué se enfrentan. Tras este primer análisis, lo conveniente es contactar con un especialista que, además de realizar un diagnóstico técnico, pueda determinar el tratamiento más efectivo.
¿Dónde aparecen las humedades?: Las humedades por capilaridad suben un metro y medio del suelo, aproximadamente, desde nivel de calle. Las humedades por filtración, al darse bajo cota, aparecen al nivel del terreno, por lo suelen bajar desde la parte superior y afectar a toda la pared. Las humedades por condensación se hacen visibles con el goteo de cristales y el moho que provocan se estanca en juntas de ventanas y en las esquinas superiores de las estancias.
¿Cuáles son los efectos más visibles?: A simple vista las consecuencias más claras que indican que hay problemas de humedad estructural son los desconchones en paredes, la pintura y zócalos caídos, el salitre en los muros y los hongos y mohos anidando en las mismas, pero también cristales empañados en ventanas y espejos; mobiliario y otros objetos como ropa y enseres deteriorados. El mal olor en estas estancias también es un efecto muy significativo y común.
¿Y los menos visibles, pero más graves?: Todos los que tienen que ver con la salud. Si no se encuentran respuestas al por qué demasiado a menudo los habitantes del inmueble se encuentran enfermos, seguramente la respuesta está en las paredes del mismo. Las humedades incrementan los procesos gripales, los problemas respiratorios como asma, bronquitis y neumonías. También se acentúan las alergias y dermatitis, las afecciones reumáticas e incluso las oculares como rinitis crónicas.