"Las prisas no son buenas"

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Por José Antonio Carbonell Buzzian

Según el Ministerio de Agricultura, las llamas han arrasado 55.000 hectáreas en lo que llevamos de año. Además el calor y la falta de lluvia ponen al país en riesgo de incendio, según la Agencia Estatal de Meteorología. 2019 está batiendo récords de temperatura que han disparado las estadísticas para el medio ambiente, con 7779 fuegos y conatos registrados.

El paisaje español es altamente inflamable debido al cambio climático, advierte la organización ecologista WWF.

Entre las causas de ese incremento se encuentra el abandono de los montes, así lo explicó a EFE el decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas. Destacó el experto: "la acumulación de yerbajos y rastrojos combustible, son elementos clave en la propagación de las llamas cuando se produce un incendio".

Otro de los problemas a los que se enfrentan los bosques es la reforestación con especies pirófilas, altamente inflamables como el eucalipto.

La precipitación política a la hora de poner remedio a los daños, así como las presiones sociales de los ciudadanos sensibilizados con el daño medioambiental tras el incendio, pueden poner aún más en riesgo la capacidad de recuperación de los bosques. Los científicos aseguran que lo que resulta urgente ahora es controlar la pérdida de suelo, porque la combinación de incendios en verano y lluvias torrenciales en otoño hacen que, el peligro más importante ahora sea la erosión. Aunque la vegetación amortigua la pérdida de suelo, los expertos recomiendan que las repoblaciones se hagan al menos dos años después del incendio y siempre tras una evaluación exhaustiva para comprobar que el suelo está preparado para soportarla.

La repoblación no es un proceso fácil, tiene un coste económico elevado y evitable, mientras que la regeneración natural tiene coste cero y es mucho más conveniente para la diversidad genética del bosque.

Para los ingenieros lo que debe hacerse es retirar la madera quemada, para evitar que los troncos carbonizados se llenen de plagas. Sin embargo los ecologistas se oponen a ello radicalmente: "No debe extraerse nunca la madera quemada a excepción de lugares donde se recomiende por motivos de seguridad como a los lados de caminos o carreteras".

Según Ferran Gandia, miembro de la comisión forestal Acció Ecologista Agró, la madera quemada tiene ciertas ventajas porque el paso del fuego aumenta su dureza.

El depósito de paja en las superficies quemadas podrían ser útiles para controlar la erosión.

Por lo que considero, según afirman expertos que, las prisas no son buenas y que la repoblación después de un incendio no es aconsejable.

¿Se trata de intereses personales o simplemente es incompetencia?

¿Se ha inventariado la flora y fauna de la ciudad ceutí recientemente?

¿Cuántas hectáreas sin incendiar quedan?

Los montes de la ciudad carecen de vigilancia. Si a esto le sumamos el poco civismo del ser humano, se convierten en un caldo de cultivo óptimo para los incendios.

No soy un profesional en la materia, pero lo que tengo claro es que la Administración debería rodearse de los mejores profesionales a la hora de gestionar cualquier parcela, ya sea en Medio Ambiente o ya sea en Educación, porque la ciudad, así como sus vecinos, lo merecen.

José Antonio Carbonell Buzzian 

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