Segunda jornada del XXX Congreso Nacional de TCE y TES

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las enfermedades prostáticas se pueden padecer a cualquier edad

Segunda jornada del XXX Congreso Nacional de TCE y TES

El 8% de las niñas y el 3% de los niños tendrán una infección urinaria antes de los 7 años de edad

Ante un cáncer el sexo puede no ser una prioridad y los pacientes necesitan una atención integral que incluya a sus parejas

Las enfermedades prostáticas las relacionamos, en general, con hombres mayores o que ya han cumplido la quinta década de vida. Pero existen algunas enfermedades que afectan a la glándula prostática y que pueden presentarse antes de esa edad: prostatitis, hiperplasia benigna de próstata y cáncer de próstata. En ellas basaron su intervención Cuidados en las patologías prostáticas más frecuentes los profesionales del Hospital Son Llátzer de Baleares: Mª Victoria Rodríguez López y Mª Bustamante Liñan.

Tal y como expusieron, "el avance en el conocimiento de las enfermedades ha permitido la práctica de un diagnóstico más certero, en muchas ocasiones menos cruento, de una cirugía mucho menos agresiva, una quimioterapia más selectiva y con menos efectos…"

"Pero todo esto no serviría de nada sin el apoyo sanitario interdisciplinar necesario para la recuperación global y no sólo física de salud. Estas patologías suelen aparecer en edades en las cuales aún el paciente es bastante independiente en su vida, por lo que debemos ayudar a que la persona afectada aprenda a conocerse, y a sobreponerse del proceso con una actitud activa, no simplemente "paciente", hacerle conocedor y partícipe de todo el proceso y los cuidados adecuados" manifestaron las profesionales.

"No debemos olvidar que no todo se puede reducir a proporcionar cuidados, administrar técnicas, sino que es muy necesario escuchar, comprender, y ayudar a superar el miedo de nuestros pacientes para una recuperación de la afección mucho más llevadera", concluyeron estas autoras en su intervención.

Infecciones urinarias provocadas por la sonda uretral

La infección del tracto urinario asociada a sonda uretral (ITU-SU) es una de las infecciones más frecuentes que se dan en la asistencia sanitaria, representando hasta el 40% de todas las infecciones hospitalarias lo que supone un grave problema de salud.

Este tipo de sonda es habitual en las unidades de cuidados intensivos ya que entre el 50% y el 80% de los pacientes ingresados en UCI de adultos la portan. El riesgo aumenta dependiendo de los días de sondaje vesical, de su permanencia y de la calidad de los cuidados del personal sanitario en relación con la inserción y manipulación de la sonda.

Si se cumplen correctamente las prácticas de prevención de infecciones se puede evitar hasta el 65-70% de las ITU-SU. De hecho, en las Unidades de Cuidados Intensivos españolas se ha observado una disminución de este tipo de infección coincidiendo con la implementación de los proyectos de seguridad en pacientes críticos, aunque en el año 2016 y 2017 las tasas de ITU-SU son 3.8 y 3.75 episodios por 1.000 días de sonda uretral.

Para reducir estas cifras se está realizando en las Unidades de Cuidados Intensivos la aplicación del protocolo ITU-ZERO, que se puede implantar de forma progresiva, adaptándolo a la realidad de cada centro y aprovechando los medios y las experiencias ya existentes. Este fue el eje central de la primera ponencia en la jornada de hoy del XXX Congreso Nacional de TCE y TES, y que presentaron Virginia Lobo Bartol y Alejandra Matamala Fernández, TCE del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

En este sentido, señalaron que "las diferentes guías publicadas que hacen referencia a la prevención de estas infecciones recomiendan el uso apropiado de la sonda uretral, la inserción aséptica de la misma, el mantenimiento adecuado y la retirada lo más precozmente posible, así como la correcta práctica de la higiene de manos y las estrategias educativas que pasan por capacitar el personal involucrado y utilizar la técnica apropiada para la inserción del catéter".

30.000 casos anuales de cáncer de próstata

El carcinoma de próstata, del que se diagnostican 30.000 casos al año, es un tumor que se presenta en hombres mayores de 50 años y que se caracteriza por ser un cáncer de alta incidencia, de crecimiento lento y por tener una alta tasa de respuesta ante el tratamiento hormonal o la cirugía. De ellos, cerca del 50% son sometidos a una prostatectomía radical, extracción completa de la próstata para liberar al paciente del tumor.

En la presentación que de su trabajo Intervención del TCAE: superar la disfunción eréctil tras prostatectomía radical hicieron los TCE de Hospital Ramón y Cajal de Madrid Eva M. ª Martínez Sánchez, Lourdes López Amorín y Purificación Logroño Rubio explicaron que "tras este proceso, muchos pacientes pueden experimentar incontinencia urinaria y disfunción eréctil, dos complicaciones con un alto componente social que dificulta en gran medida la calidad de vida del paciente".

La disfunción eréctil se considera un problema de salud pública que actúa como marcador de otras enfermedades más graves y que afecta a la calidad de vida con una bajada de autoestima, sentimientos de culpa y depresión que pueden manifestarse a través de síntomas somáticos o conductas adictivas.

Sin embargo, los pacientes con cáncer de próstata que reciben educación e intervenciones psicosociales, sufren niveles más bajos de ansiedad, de trastornos del estado de ánimo, náuseas, vómitos y dolor, además de tener una mejor comprensión de su enfermedad y su tratamiento. Sin embargo, esta información hay que adecuarla a las necesidades específicas de cada paciente, dependiendo de la población a la que pertenezca, considerando su nivel educativo y cultural.

Los Técnicos en Cuidados de Enfermería brindan atención al paciente intervenido quirúrgicamente de prostatectomía radical, no solamente en lo que respecta al cuidado de su enfermedad, sino de manera integral y consideran que el proceso de aprendizaje puede verse afectado por el estado emocional del paciente, al principio, tratar el cáncer suele ser la principal preocupación por lo que el sexo puede que no sea una prioridad.

Asimismo, plantearon que "los hombres adoptan una actitud estoica y manifiestan dificultades a la hora de pedir ayuda en temas relacionados como la sexualidad, la salud e información sobre el malestar emocional y las dificultades mentales que puedan aparecer a la hora de afrontar las nuevas situaciones a las que se enfrenta".

En este sentido, "es fundamental considerar la importancia de las compañeras de los pacientes para el enfrentamiento de la disfunción eréctil. Ellas también necesitan apoyo emocional y enseñanza sobre cuestiones referidas al cáncer de próstata y sus complicaciones, viven una carga de estrés considerable durante el tratamiento del cáncer de próstata, muchas veces por ejercer el papel de cuidadoras durante todo el periodo postoperatoria y aún por poderse sentir en cierta forma rechazadas por los maridos ante la disfunción eréctil. Por eso las intervenciones orientadas a ellas son también fundamentales".

Urología pediátrica

Las infecciones del trato urinario afectan también a los más pequeños y la convierten en una de las patologías más prevalentes en pediatría, constituyendo uno de los principales motivos de consulta en los servicios de urgencias pediátricas.

También los niños se enfrentan a patologías urológicas hasta el punto de considerarse la urología pediátrica como una subespecialidad que abarca todas las patologías de las vías urinarias y genitales desde el nacimiento hasta los 15 años, siendo frecuente el tratamiento de pacientes antes de nacer, con diagnósticos ecográficos neonatales.

Los urólogos pediátricos atienden problemas urinarios y genitales en niños además de desórdenes al orinar, reflujo vesico uretral, infecciones del aparato urinario que requieren cirugía, afecciones de la ingle en la niñez, entre otras.

Aproximadamente el 8-10% de las niñas y el 2-3% de los niños tendrán una infección del trato urinario antes de los 7 años de edad, siendo más prevalente en varones durante los primeros tres meses de vida e invirtiéndose esta situación a partir del año de edad con un mayor predominio en las niñas.

Así, lo expusieron durante su intervención Infección urinaria en pediatría: uso de la bolsa estéril perineal los TCE del Hospital Universitario Santa Lucía de Cartagena, Juana Solano Ardil, M.ª Carmen Martínez Martínez y M.ª Carmen Gracia Molina.

En cuanto a la sintomatología de esta enfermedad suele variar en función de la edad del niño y por eso es fundamental realizar un buen diagnóstico precoz con el fin de detectar la patogénesis de la infección, tratar y evaluar a los niños que tengan riesgo de sufrir daño renal, descartar sepsis y evitar tratamientos innecesarios.

Un buen diagnóstico de infección del trato urinario se basa tanto en la clínica del niño como en los datos de análisis de orina, por ello es fundamental el procedimiento de recolección de la muestra de orina, ya que los resultados pueden variar en función del método empleado ya que la adecuada recogida de la muestra de orina y su interpretación en el contexto clínico evitarán errores diagnósticos y tratamientos innecesarios.

Las patologías urológicas pediátricas más frecuentes son las enfermedades renales congénitas que representan aproximadamente un 20-30% de todas las anomalías identificadas en el periodo neonatal. Pueden ser anomalías relacionadas con la migración de riñones o del sistema colector, de patologías urológicas, necrosis tubular aguda, necrosis cortical…

En cualquier caso, los profesionales deben asegurarse de proporcionar una mayor excelencia en los cuidados que ofrecen a los pacientes con el fin de conseguir una mejor calidad de vida, y que estos puedan adaptarse de la mejor manera posible a la situación a la que se enfrentan, sin olvidar que el ingreso en la unidad siempre resulta traumática, no solo para el paciente, sino también para los acompañantes, por lo que con el fin aliviar tensiones los familiares también deben recibir atención y ayuda. Paloma Zafra Fernández y Jesús Trujillo Ríos, Hospital Universitario La Zarzuela insistieron en los Cuidados de las patologías urológicas en la unidad de neonatología.

Relación directa de la enfermedad renal con la pérdida auditiva.

Más de la mitad de los pacientes con enfermedad crónica renal tienen pérdida de audición que puede ser severa en casi el 30% de los pacientes lo que manifiesta la relación directa que existe entre las enfermedades renales y la pérdida de audición. Así, lo han manifestado los TCE del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla) M.ª Dolores Medina Jiménez, Rosario del Carmen Acosta Salas., Beatriz Tena García, M.ª Eugenia Acosta Mosquera.

En particular, se ha comprobado que existe una afectación importante en los pacientes en tratamiento de hemodiálisis, ya que las toxinas que se acumulan por una insuficiencia renal crónica pueden dañar los nervios, muy especialmente los que se incluyen dentro del oído interno y algunas enfermedades genéticas o síndromes que combinan las malformaciones auditivas, con las nefropatías congénitas debido a las similitudes estructurales y funcionales entre los tejidos del oído interno y el riñón.

En cualquier caso, los profesionales han insistido en priorizar la formación para fundamental para conocer la relación existente entre las diferentes patologías con la finalidad de poder participar en la detección precoz de las patologías auditivas (hipoacusias, vértigos, y/o acúfenos), que con frecuencia se producen en los pacientes con patologías renales crónicas; ya que ello supone una importante afectación en su calidad de vida e incluso para conseguir una efectiva detección precoz.

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