El hospital clínico universitario Virgen de la Arrixaca ha implantado el tratamiento de las afecciones de la voz mediante la aplicación de toxina botulínica a la disfonía espasmódica, una patología rara de las cuerdas vocales que produce una voz ronca y quebrada.
La disfonía espasmódica es una afección de la voz que se basa en movimientos involuntarios e ineficaces de las cuerdas vocales. Se origina debido a impulsos eléctricos que se generan en determinadas zonas del cerebro.
Al aplicar la toxina botulínica se bloquea la liberación del neurotransmisor necesario (acetilcolina) en la placa motora para que se produzca dicho movimiento, de forma que no se genere esa contracción involuntaria de las cuerdas vocales.
Este tratamiento consiste en la infiltración de toxina botulínica tipo A en las cuerdas vocales guiada por electromiografía laríngea. Esta acción la realizan de forma conjunta los Servicios de Otorrinolaringología y Neurofisiología Clínica, complementados por la sección de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología.
Diagnóstico
En la Unidad de Voz de los Servicios de Otorrinolaringología del hospital de la Arrixaca se enfoca el diagnóstico de esta patología a través de una exploración directa de la laringe. Además, se realiza una interconsulta a Neurología para completar la valoración del paciente y descartar otra enfermedad subyacente del sistema nervioso.
Una vez confirmada la patología específica laríngea se indica la infiltración de toxina botulínica, que se realiza conjuntamente con el Servicio de Neurofisiología en sus propias dependencias.
Normalmente, el efecto de la inyección de toxina botulínica tiene una duración de alrededor de tres o cuatro meses. Una vez concluido, lo habitual es repetir el proceso.