CCOO Enseñanza responde al presidente de la UCAM

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La Sección Sindical de CC.OO. en la Fundación Universitaria. San Antonio (UCAM), ante las alusiones directas recibidas por parte del Presidente de la Fundación, Sr. Mendoza, con motivo de la presentación del equipo de baloncesto UCAM-Murcia, el pasado miércoles, día 27, desea hacer dar a conocer las siguientes consideraciones.

Lamentamos el tono, las palabras y la pérdida de oremus que tuvo públicamente el Sr. Presidente de la Fundación y que, en esta ocasión, sí fueron recogidas por los diferentes medios de comunicación y puestas en conocimiento de todos los ciudadanos que han tenido la oportunidad de conocerlas y de valorarlas. Dichas palabras, entre las que destacamos las alusiones directas a nuestra acción sindical: "no sé a qué viene CCOO, no tiene nada que venir a hacer aquí y quieren destruir la universidad y cerrarla" no parece que sean propias de un empresario que tiene contratados a algo más de mil trabajadores en esta Fundación Universitaria, en el año 2.018. Peor aún: el Presidente miente cuando dice eso. Y cuando a alguien, especialmente si quiere mantener un recto proceder, se le dice, como le dice esta Sección Sindical, que ha mentido, no le queda otro camino que demostrar la verdad o pedir disculpas. Quizá la costumbre de expresarse sin el suficiente oremus cuando se refiere a personas o entidades privadas y públicas que no le complacen suficientemente le haya llevado a realizar estas declaraciones que deseamos no se repitan nunca más.

De todas cuantas cosas buenas ocurren en este centro de estudios universitarios y de formación profesional el Sr. Presidente es el único responsable y a él debemos agradecerle. También lo es de cuantas cosas malas nos suceden y a él debemos demandarle. Esto es así por cuanto la toma de decisiones de cualquier envergadura pasa por su ineludible aprobación personal bajo riesgo de recibir un rejoneo verbal, primero, y una anulación profesional, más adelante. Basta para tal cosa leer los estatutos de la Universidad Católica, que fueron aprobados por la CARM tras la intensísima polémica con el anterior Obispo de Cartagena, Mons. Reig Plà, donde queda de manifiesto que es el Presidente de la Fundación quien tiene, de manera unipersonal, todos los derechos de veto a cualquier decisión administrativa o académica que se lleve a cabo en la Universidad, así como al nombramiento de los cargos. Es decir, es el responsable de la buena marcha o de encallar el barco.

Por desgracia para el colectivo de empleados de la Fundación, en los últimos 12 años, los trabajadores de esta empresa de enseñanza privada estamos paulatinamente viendo empeoradas nuestras relaciones con la empresa. Cada año nuestra situación no es mejor que el año anterior y cuando lo analizamos por lustros es ciertamente calamitosa la retrospectiva. A la congelación de nuestros salarios, inaplicando los convenios estatales del sector, con el correspondiente quebranto económico, se suma la precarización de nuestras condiciones de trabajo: medios informáticos obsoletos o poco funcionales, incremento de la carga de trabajo año tras año, reducción de las retribuciones por nuestras tareas, hacinamiento y falta de servicios. Baste poner como ejemplo que, hace cuatro años nos han dejado de limpiar nuestras dependencias diariamente para hacerlo sólo dos veces por semana y nos quitaron todas las papeleras, dejando únicamente una por departamento, se supone que para ahorrar. Esto, que pudiera parecer ridículo en cualquier parte, es una muestra de a dónde nos han arrastrado en las condiciones laborales.

Además de lo anterior, el clima de temor que tienen los trabajadores a la hora de manifestar legítimamente el deseo de que se cumplan los mínimos recogidos en el Convenio laboral, les hace perder en el ejercicio de sus derechos. Así, por ejemplo, si bien el Convenio establece una reducción del 60% en el pago de las matrículas para nosotros o nuestros familiares directos, únicamente se nos aplica la reducción de un 25% sobre la matrícula.

Se toman decisiones estratégicas y sin conocimiento del personal, a veces resultan pintorescas o extravagantes, y cuyos resultados son los esperados: desastrosos en no pocas ocasiones, ocasionando riesgos e incertidumbre en la estabilidad laboral de la plantilla, sin que exista actualmente ningún órgano oficial para canalizar la información hacia el personal contratado al carecer todavía, tras 20 años de funcionamiento de un Comité de Empresa que represente los legítimos intereses de la plantilla, como ocurre en cualquier empresa moderna. Un Comité de Empresa que muy bien podría recomendar prudencia en muchas ocasiones en que la temeridad, la impericia o la falta de voluntad en respetar en marco legal, nos ha llevado a situaciones indeseadas por todos.

El departamento de RR.HH. y su manera de aplicar las normas hace que muy pocas personas acudan a él con la esperanza de encontrar la ayuda profesional necesaria para actuar con normalidad dentro de la empresa y acuden a nuestro sindicato en busca de asesoramiento cuando, con frecuencia, se producen situaciones de conflicto laboral por vulneración de derechos laborales. Baste recordar la denuncia que CC.OO. se vio en la necesidad de interponer contra la empresa al negarse, durante más de dos años, a actualizar los contratos de compañeros que ya habían cumplido los requisitos para ser indefinidos.

A la vista de lo anterior, contrariamente a lo expresado por el Sr. Presidente de la F.U. San Antonio, no solamente es necesaria, sino que es completamente imprescindible la presencia de nuestra organización sindical en esta empresa, por cuanto los aproximadamente mil trabajadores que en ella desempeñan su actividad profesional deben ser tenidos en cuenta tanto en la toma de decisiones estratégicas de relevancia como a la hora de recibir información precisa y clara sobre el impacto negativo que las decisiones equivocadas o erráticas puedan tener en su vinculación laboral. Para ello, conforme a la Ley, se establecerán los mecanismos previstos para corregir estas anomalías, a pesar del pesar que nos produce saber que no sean del agrado del Sr. Presidente de la Fundación, quien debería valorar las relaciones laborales con una visión moderna de las mismas, actualizada al s. XXI.

El hecho de trabajar en esta empresa no presupone en absoluto dar nuestra conformidad ni estar de acuerdo con las manifestaciones públicas del Presidente de la F.U. San Antonio, las descalificaciones que dirige hacia personas o instituciones privadas o públicas y, mucho menos aún, en el tono en que toda la ciudadanía ha escuchado en las declaraciones hechas en el Sports Center. Lamentamos hondamente, de nuevo, que tales declaraciones se hayan producido con motivo de la presentación de un equipo deportivo, ajeno por completo a las cuestiones que aquí se manejan y a la F.U. San Antonio, cuya actividad esperamos que no nos perjudique económicamente trasladándonos sus probables resultados negativos.

Al contrario, de lo manifestado por el Sr. Presidente, esta Secc. Sindical teme por las consecuencias de las acciones ilegales que, impulsadas desde su Presidencia, han sido llevadas a cabo con temeridad al haber realizado sin las oportunas licencias los aularios construidos en terrenos protegidos, así como la falta de creación de nuevos espacios al haber vulnerado las Leyes de protección medioambiental. Tales actuaciones sí que ponen en grave riesgo el normal desarrollo de las actividades dentro del campus e, incluso, le han situado personalmente en el ámbito penal en los juzgados de Murcia. Sentimos profundamente que tales actos de falta de respeto a la legalidad, en los que CC.OO. nada ha tenido que ver jamás, estén repercutiendo de manera negativa en el sostenimiento de la calidad de los servicios que queremos brindar a los estudiantes que, a diario, se ven perjudicados también por la reducción de sus espacios y el incremento del número de alumnos por grupo que se decidió llevar a cabo el pasado curso. A ello habría que sumar que se han quedado demasiado pequeños muchos espacios de uso común como las salas de estudio, los puestos de biblioteca, los espacios dedicados a comedor, etc., sin que actualmente hayamos observado que se ponga de inmediato remedio a este déficit de infraestructuras esenciales en la vida universitaria.

Desconocemos el futuro y el alcance penal de las consecuencias de las decisiones que el Sr. Presidente de la F.U. San Antonio ha adoptado con anterioridad, que están viéndose en sede judicial y que podrían ocasionar desestabilidad en la normal actividad laboral y/o académica, pero tales consecuencias nada tienen que ver tampoco con nuestra Sección Sindical, por cuanto nunca fuimos consultados ni dimos nuestra aprobación a la vulneración de la legalidad vigente, a la que nos habríamos opuesto frontalmente de haber sido informados con carácter previo a su quebrantamiento.

La Secc. Sindical de CC.OO. en la F.U. San Antonio está y estará permanentemente abierta al diálogo y a la negociación con la empresa que gestione la Universidad, ya sea la actual F.U. San Antonio u otra que la sustituya en la gestión del centro, para todo lo que tenga que ver con la mejora de las condiciones laborales de sus trabajadores, pero no entrará en polémicas personales ni abordará otros asuntos ajenos a los intereses de los trabajadores de la F.U. San Antonio, a pesar de que en este mismo espacio coexisten empleados de otras sociedades mercantiles o empresas privadas. Desde aquí, hacemos también un llamamiento a todos los trabajadores y trabajadoras de la Fundación para que formen parte activa y colaboren con esta Sección Sindical de CC.OO., con el fin de impulsar lo antes posible la convocatoria de las primeras Elecciones sindicales de las que saldrá el primer Comité de Empresa que, legítima y democráticamente elegido, será el órgano de defensa de los intereses y derechos de todo el colectivo de empleados ante los órganos de la Fundación.

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