A mediados de la década de los años treinta del siglo pasado, en Europa había más dictaduras que democracias. Todas ellas y acorde a la situación de la época, eran enormemente nacionalistas y tenían poco apego a las libertades que hoy se disfrutan en esos mismos países. Ochenta años después reviven esos viejos fantasmas. El avance de la extrema derecha es más que preocupante y urge trabajar para frenarlo. En España no somos ajenos a los grupos que intentan promover su ideología excluyente, violenta y autoritaria.
Según el "Informe Raxen 2017" más de 600 incidentes xenófobos y delitos de odio fueron denunciados el pasado año.
En nuestro país no existe una formación política que proyecte institucionalmente el racismo y la xenofobia, pero existen numerosos colectivos y grupos de corte racista que están promoviendo el odio y llevando a cabo estos ataques como Hogar Social Madrid, Combat España, Hammerskin o Lo Nuestro, entre otros.
Sus conceptos raciales les llevan a despreciar a los que no comparten su cultura, religión, costumbres, valores o tradiciones y ante esos preceptos pocas personas quedan excluidas de ser víctimas potenciales.
Los datos que atañen a la Región de Murcia, demuestran que estamos entre las siete comunidades autónomas donde más casos de violencia relacionados con el odio y la intolerancia se han dado en 2017.
Asimismo, estos colectivos promueven la segregación racial, la xenofobia, la homofobia y el racismo a través de acciones como la recogida de alimentos "solo para españoles", discriminando así a un gran número de personas por su raza, religión o nacionalidad.
Este tipo de acciones contravienen el Artículo 14 de la Constitución Española, que dice lo siguiente: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".
Nuestro municipio siempre se ha caracterizado por ser un lugar donde todas las personas son tratadas de igual manera, independientemente de su raza, lugar de procedencia, condición sexual o ideología y por ello no debemos permanecer indiferentes ante estos colectivos y sus acciones xenófobas y racistas que de vez en cuanto tienen lugar en Yecla. De hecho, tenemos conocimiento de que varios vecinos de esta ciudad han sido atacados violentamente sin motivos aparentes, más que los que puedan emanar de su vestimenta o ideología.
Es nuestro deber evitar que esto ocurra y velar por el respeto y el bienestar de todas las personas que residen en Yecla sin importar de donde procedan, cual sea su color de piel o su condición sexual.
Por todo esto, vemos necesario que el Ayuntamiento de Yecla se declare contrario y condene toda práctica de racismo, xenofobia o cualquier otra manifestación de discriminación o incitación al odio por cuestiones de raza, religión, lugar de procedencia u orientación sexual. Pero también, que no autorice el uso de espacios públicos municipales a colectivos que promuevan el odio, la xenofobia, el racismo, homofobia, o cualquier otra conducta de esta índole. Asimismo, pedimos al Ayuntamiento que se comprometa a apoyar los actos y manifestaciones que se lleven a cabo para erradicar a estos colectivos violentos.