La Consejería de Turismo y Cultura ha incoado el procedimiento de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Zona Arqueológica, a favor del yacimiento de Los Villaricos de Mula, una villa romana que tuvo su desarrollo entre los siglos I y V d. C. La resolución será publicada en breve en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM).
Las campañas de investigación realizadas desde 1985 han constatado en este yacimiento aspectos que, según indicó el director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, "lo convierten en uno de los ejemplos más notables de villa romana conservados en la Región. Entre sus construcciones destaca además una gran nave que evidencia la importancia de la producción y comercialización del vino en la zona y una almazara para la producción de aceite de casi 700 metros cuadrados, que es una de las más grandes de la Península Ibérica".
Lorca destacó que "esta actuación manifiesta el interés del Gobierno regional por el patrimonio, a través de medidas que otorgan la máxima protección a los bienes, garantizando así su conservación y también de otras actuaciones y de ayudas como la reciente convocatoria lanzada por parte de la Consejería de Turismo y Cultura, que permitirá destinar un millón de euros para la consolidación y puesta en valor de los yacimientos; una pieza imprescindible para entender el pasado y el presente de la Región".
El yacimiento
La villa de Los Villaricos se divide entre la zona denominada 'pars urbana o dominica', área de carácter residencial con termas y espacios domésticos en torno a un patio central, y la 'pars frumentaria', espacio de trabajo relacionado con la transformación y alamacenamiento de productos de primera necesidad en el mundo antiguo como aceite o vino.
Respecto a estas últimas construcciones, en Los Villaricos se han documentado estructuras destinadas a uno de los procesos que, por sus dimensiones, debió concentrar buena parte de la actividad económica de la villa: la industria de transformación y elaboración de vino. Hay salas destinadas al prensado, balsas para la separación del vino, un gran depósito y una nave rectangular de 30 x 10 metros destinada al almacenaje del vino preparando ya para su transporte y comercialización.
Al sur de la 'pars urbana', se ha hallado también un gran edificio de planta rectangular con una superficie de casi 700 metros cuadrados dedicado a la producción de aceite. Un inmueble que contaba con una sala de recepción, una sala de molienda con dos molinos en posición primaria, una sala de prensado con seis prensas y otra de decantación.
La perduración en el tiempo de este establecimiento como residencia y explotación agropecuaria se constata mediante la identificación hasta este momento de cuatro fases desarrolladas a lo largo de cinco siglos. Desde su fundación, a finales del siglo I o inicios del siglo II hasta la finalización de sus actividades, que habría que situar a mediados o finales del siglo V, se aprecian toda una serie de remodelaciones y transformaciones en los distintos espacios excavados hasta hoy.
Tras el abandono de la villa, el área residencial fue ocupada por una serie de enterramientos vinculados a una población de carácter residual establecida en la zona y que, al parecer, rendía culto en una de las grandes salas de la villa, que fue transformada en basílica. Hasta ahora se han documentado, junto a la basílica, medio centenar de enterramientos cuya cronología se sitúa entre los siglos V y VII.
Junto al inmueble objeto de la protección BIC, constituyen parte esencial de su historia los bienes muebles vinculados que se corresponden principalmente con materiales documentados a través de las campañas arqueológicas: restos arquitectónicos, cerámicos, numismáticos, epigráficos, escultóricos, metálicos, vidrios, óseos, así como malacofauna y restos paleontológicos (fósiles). Estos materiales están depositados en el Museo Ciudad de Mula, integrado en el Sistema Regional de Museos.