El Foro de la Economía del Agua ha presentado hoy en Murcia ante el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Miguel Ángel Ródenas, el Libro Blanco de la Economía del Agua, editado por McGraw-Hill Education, que analiza los desafíos de la gestión del recurso del agua tanto a escala global como doméstica. En España, el gran desafío es gestionar la escasez estructural de agua en un entorno de necesaria adaptación al cambio climático, que agudiza y hace más imprevisibles eventos como el riesgo de sequías e inundaciones. Por eso, el Foro de la Economía del Agua advierte de la necesidad de vincular los modelos de desarrollo económico y social con la insuficiencia crónica de agua, especialmente en una región como Murcia, donde a pesar de las recientes lluvias el nivel de agua embalsada apenas supera el 20% de su capacidad, mientras que en la cuenca del Segura la situación también es complicada, con un nivel de poco más del 30% (20 puntos por debajo de los promedios de los últimos cinco y diez años).
"La falta de agua es un factor limitante, pero no debe abordarse como un conflicto secular, sino como una oportunidad y un estímulo para el desarrollo tecnológico, la investigación y la innovación y el avance hacia un nuevo contrato social sobre el agua", explica el director académico del Foro de la Economía del Agua, Gonzalo Delacámara. "En Murcia se dan las condiciones para que la región se convierta en un modelo exportable de economía circular, aspecto en el que ya lidera, y de cómo gestionar el agua en una zona árida", señala el experto.
Para atender las necesidades de agua presentes y futuras, es crítico optimizar el agua disponible y diversificar las fuentes de abastecimiento, movilizando algunas que están infrautilizadas, no por dificultades tecnológicas sino por la falta de incentivos adecuados, como ocurre con el agua procedente de las plantas desaladoras o la reutilización de agua regenerada. Este desafío es extensible a toda España, donde un 20% de su territorio ya está desertificado y hasta tres cuartas partes en riesgo de desertificación.
Para abordar esta situación, el Foro de la Economía del Agua considera que se requiere importantes consensos sociales entre todos los actores clave: sociedad civil, sector público y sector privado. En este sentido, Delacámara considera que es saludable la decisión del nuevo Gobierno de integrar en un mismo ministerio Energía y Medio Ambiente. Para avanzar en el consenso necesario, entre gobernados y gobernantes, entre usuarios, el Foro considera que es imprescindible que se incluya la realidad del ciclo urbano del agua: aunque el consumo urbano solo represente el 14% de la demanda de agua, es en las ciudades donde se concentra la mayoría de la población en una tendencia que se va a incrementar en los próximos años. Por eso, garantizar la seguridad hídrica de las ciudades es esencial en la gestión del agua a medio y largo plazo algo que debería estar por encima de intereses partidistas y territoriales, dada la magnitud del desafío. La seguridad hídrica se concibe como el resultado de garantizar que la disponibilidad de recursos renovables, en cantidad y calidad, permite atender las demandas presentes y futuras. Sin embargo, esto exige no solo reflexionar sobre la disponibilidad sino sobre la evolución sostenible de la demanda.
La gestión del agua es una gestión de conflictos de uso y sus crisis son crisis de gobernanza. Con el espíritu de crear un espacio independiente de debate donde abordar estos desafíos nació en 2016 el Foro de la Economía del Agua, bajo el auspicio de la Universidad de Alcalá y con la colaboración actualmente de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Granada y la editorial McGraw-Hill. Este esfuerzo ha cristalizado en el Libro Blanco de la Economía del Agua, que contiene, entre otras muchas, aportaciones de altos representantes de Naciones Unidas, la OCDE o el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otras instituciones. La obra ha sido coordinada por Gonzalo Delacámara, el secretario del Comité Académico del Foro de la Economía del Agua, Francisco Lombardo, y el director del Foro de la Economía del Agua, José Carlos Díez.