El Vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado del PP, Ramón Luis Valcárcel, afirmó hoy que el euro se enfrenta a un "desafío democrático" que implica necesariamente "la puesta en común, a escala europea, de soberanía en el ámbito de la gestión de la política económica". Por ejemplo, mediante "el refuerzo de las competencias de que goza el Parlamento Europeo para garantizar el control democrático necesario de todas las decisiones regulatorias".
En todo caso, para superar dicho desafío hace falta "suficiente voluntad política para crear las condiciones que puedan asegurar el éxito de la unión monetaria", dijo Valcárcel en una conferencia sobre La teoría política del contexto económico de la Unión Económica y Monetaria celebrada en la Eurocámara. En este sentido, destacó "la enorme importancia de la convergencia de las economías de la Zona euro en relación con indicadores como los costes laborales, la inflación, la productividad o el crecimiento".
El eurodiputado del PP indicó también que "completar la unión económica y, sobre todo, la unión social, es una prioridad de primer orden". Según explicó, "sería necesario consensuar un nuevo proceso de convergencia por etapas que incluyera reformas en favor del entorno empresarial, de la mejora del funcionamiento de la gobernanza económica y de la convergencia social y fiscal -por ejemplo, salarios mínimos y armonización del impuesto de sociedades-". De este modo "se establecerían unas condiciones equitativas y se evitarían la competencia fiscal a la baja y el dumping social en la Unión", añadió.
Valcárcel reconoció que "el problema nuclear del euro radica en diferencias político-filosóficas entre los países miembros: responsabilidad frente a solidaridad, solvencia frente a liquidez, austeridad frente a estímulo, etc", llamando a superarlas.
Para el Vicepresidente de la Eurocámara, "el futuro de la Zona euro depende ante todo de encontrar un equilibrio apropiado entre la solidaridad, la prudencia presupuestaria y los instrumentos de supervisión y gestión de crisis a nivel europeo".
La Unión Económica y Monetaria perfecta sería, en palabras de Valcárcel, "una unión completa que dispondría de un presupuesto propio sustancial, basado en una potestad tributaria autónoma específica".