“La Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos muestra el camino a seguir”, dice el Papa Francisco en su mensaje para esta Cuaresma. Un tiempo de conversión para “redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados”.
Hoy, Miércoles de Ceniza, comienza este tiempo litúrgico en el que se nos invita a la oración, el ayuno y la limosna. “La Cuaresma no es un tiempo triste, sino de esperanza, porque sí es posible la conversión, es posible cambiar de vida, y eso siempre es un mensaje de esperanza”, explicaba esta mañana el vicario general y deán de la Catedral, Juan Tudela en la Misa de las 7 horas, que se ha celebrado al finalizar el Vía Crucis. Tudela ha recordado, además, que la Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma “con intensidad espiritual” y “depositando nuestra alma en las manos de Dios”, a preguntarnos qué nos falta para ajustar nuestra vida a los planes de Dios, y ser así conscientes de que “toda vida puede ser recuperada, Dios nos espera siempre con abrazo misericordioso”.
Todos los viernes de Cuaresma se realizará el Vía Crucis a las 6:30 horas en la Catedral, y a la misma hora, en Cartagena, partirá desde la Basílica de la Caridad hasta la parroquia de Santa María de Gracia.