La abstención de Ciudadanos ha propiciado que el pleno de la Asamblea Regional haya desbloqueado un techo de gasto que, a juicio de la formación naranja, es “tremendamente opaco”.
Luis Fernández, diputado regional de Ciudadanos, ha argumentado que la formación naranja se ha abstenido por dos motivos. “En primer lugar porque en el pasado año nos dimos cuenta que daba igual, ya que el Gobierno regional puede presentar los presupuestos y obviar el techo de gasto, según un informe de los servicios jurídicos. Es decir, que si hubiéramos votado en contra tendrían una excusa para machacar a la oposición con el retraso en la tramitación presupuestaria”
El diputado de la formación naranja también ha justificado la abstención de C’s porque “nos comprometimos con los murcianos, en un momento en el que creíamos que el Gobierno iba a negociar unos presupuestos más ambiciosos en los que primaran las inversiones para solucionar las principales carencias de la Región, y ayudar a los más desfavorecidos”.
Fernández ha lamentado que el procedimiento para la entrada del techo de gasto en la Asamblea Regional no haya sido el más adecuado. “No nos han gustado las formas. Creemos que ha sido una chapuza porque el Gobierno regional ha presentado el techo de gasto realizando un desglose en el que las cifras no cuadran, ya que ha fijado el gasto en 4.258 millones de euros y lo ha justificado con un cuadro que suma 3.971 millones de euros”.
El diputado de C’s ha reclamado al Gobierno regional que cumplan con las enmiendas que se aprueben. “Le exigimos al Gobierno regional que en 2017 sí realicen las enmiendas propuestas. Este año no lo han hecho; en cambio sí han procurado que todos sus asesores nombrados por “sus dedos mágicos” cobren todos los meses, incluso se han realizado transferencias de crédito para que no vieran mermados sus ingresos”.
Por último, Fernández ha recordado que el déficit de la Comunidad Autónoma ha propiciado que la Región de Murcia esté endeudada en 8.159 millones de euros y que, en consecuencia, cada murciano tenga una deuda de más de 5.500 euros. “Tenemos hipotecado, como mínimo, el futuro de dos generaciones y aquí nadie se da cuenta de ello porque en lugar de tratar de disminuir esta deuda, seguimos incrementándola”.