A nadie pasa inadvertido el largo período de sequía que padecemos en nuestra tierra. La falta de agua ha sido históricamente, y continúa siendo hoy en día, un problema precisamente en una región de evidente tradición agrícola. No pocos de nuestros conciudadanos sufren esta carencia como algo grave, pues su medio de vida depende del agua, tan necesaria para la vida de las personas, el desarrollo de los cultivos y de la agricultura, la limpieza del medio ambiente, etc.
La Iglesia nunca es ajena a los problemas de las personas. En efecto, las esperanzas y las angustias de los hombres lo son también de la comunidad cristiana (cf. GS 1), la cual sale al paso de las necesidades humanas, en primer lugar, con la oración. Una oración llena de confianza en Dios, creador del cielo y de la tierra y Padre misericordioso, cuyo amparo no falta a quienes se confían a su providencia. Esta es la confianza que mueve al creyente, la misma que Cristo vive y transmite en su enseñanza acerca de la oración.
Por todo esto, el Sr. Obispo de la Diócesis invita a toda la Iglesia diocesana a que ore al Señor por esta intención. Y, en concreto, nuestro Obispo pide que, en todas las celebraciones de la Eucaristía, que tengan lugar en la Diócesis de Cartagena este próximo domingo 3 de octubre, y en las de su víspera, se incluya una petición por el don de la lluvia en la Oración de los fieles.