Un transporte público y de calidad, accesible al centro penitenciario de Campos del Río. Es la petición que hacen la Pastoral Penitenciaria, Cáritas, Proyecto Hombre y Oblatas, junto a otras cinco asociaciones que trabajan en el Centro Penitenciario Murcia II. Piden a la Comunidad Autónoma y a los Ayuntamientos de la zona, la puesta en marcha de un servicio público de transporte que llegue hasta dicha cárcel.
Las nueve instituciones firmantes de la solicitud aseguran que desde la construcción del centro, hace ya cinco años, no se ha creado un servicio público de autobuses para que los internos que salen con permiso o en libertad puedan usarlo, así como las familias de los mismos.
En el documento presentado a la administración se añade que “es una necesidad vital para que todas estas personas de escasos recursos económicos” tengan que utilizar un transporte que les suponga un mayor coste. Además, señalan los firmantes que “es urgente acabar con el aislamiento del centro facilitando el acceso de familiares e internos que salen o vuelven de permiso”.
Celebrando la fiesta de la patrona, Nuestra Señora de la Merced
Esta reivindicación aparece en los días en los que los centros penitenciales celebran la fiesta de su patrona, Nuestra Señora de la Merced, fiesta que tuvo lugar el sábado 24 de septiembre. Enmarcados en el Año de la Misericordia, explica Antonio Sánchez, capellán de la penitenciaría de Campos del Río, “hemos querido vivir este tiempo, desde el deseo de fortalecernos para poder servir a todos nuestros hermanos y hermanas privadas de libertad, ya que la labor que realizamos en nombre de toda la Iglesia Diocesana, es una de la obras de misericordia, y queremos y debemos hacerla con mucha solicitud, compromiso y servicio”.
En el centro penitenciario de Sangonera, Murcia I, internos, voluntarios y capellanes celebraron la Eucaristía juntos y tuvieron también tiempo para la celebración, con un rato de convivencia. Por su parte, en el centro Murcia II, Campos del Río, se celebró el Jubileo de la Misericordia, con una Misa presidida por el Obispo, los capellanes y otros sacerdotes. Unos 230 reclusos y un nutrido grupo de voluntarios participaron en la celebración, en la que se vivieron, asegura el sacerdote Antonio Sánchez, “momentos muy intensos de oración, encuentro, petición y presencia de Dios entre sus hijos privados de libertad”.
Mons. Lorca animó en su homilía a los presentes, invitándoles a vivir personalmente la misericordia: “no os sintáis nunca solos en estos muros, porque aunque tengáis mucha gente alrededor, vuestro interior tiene que tener una cosa clara, que Dios no se olvida de vuestro corazón. Él lo puede sanar, curar y lo puede hacer nuevo con su perdón y su misericordia”. Así mismo, reconoció la labor de los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria en la Diócesis.
Al término de la Misa un grupo de más de 30 presos se acercaron al Obispo con el deseo de pedirle su bendición. Un momento que Mons. Lorca Planes aprovechó para hablar personalmente con algunos de ellos.