El año pasado numerosos colectivos, grupos políticos y ayuntamientos firmaron este pacto en la vega de Granada con motivo de las I Jornadas de la Federación Intervegas, y este año se han adherido otros muchos en las jornadas celebradas en Villena. En 2018 Murcia acogerá la IV Jornadas.

Las vegas, huertas y campos de secano son parte imprescindible de la diversidad de nuestro paisaje agrícola. A esto hay que añadir las personas que trabajan estas tierras de forma respetuosa con el medio, la sabiduría heredada de generaciones, así como la riqueza genética que suponen las variedades locales de hortalizas y frutales. Todo ello hace que nos encontremos ante paisajes con enormes valores agrarios, culturales, educativos, ambientales y económicos, además de ser un reservorio de suelo fértil y garantes de la soberanía alimentaria.

Lamentablemente, su deterioro, desnaturalización y abandono, principalmente en los territorios circundantes a las ciudades, y la falta de medidas que ayuden a su conservación, evidencian la urgencia de crear un foro de discusión donde recoger la importancia de proteger dichos espacios antes de que sea demasiado tarde y desaparezcan. Todo ello, pese a que cada vez se reconoce más su papel como soporte de la identidad patrimonial, su evidente potencial como fuente de riqueza y empleo, y su función en la lucha contra el cambio climático.

El 15 de noviembre de 2015 tuvo lugar la vega de Granada la I Jornada de la Federación Intervegas, donde acudieron participantes de casi todo el territorio español a presentar proyectos muy diversos pero todos con el exponente común de trabajar para la defensa, recuperación, dinamización y visibilización de los territorios agrícolas históricos y sus múltiples valores.

Como documento unitario se firmó el Pacto Estatal por la Soberanía Alimentaria, la Educación Ambiental y la Sostenibilidad del Territorio, llamado Pacto del Granado por el granado que se plantó simbólicamente en esa I Jornada. Este pacto consta de un decálogo de medidas y todos los colectivos firmantes asumieron la responsabilidad de promoverlo en sus municipios con el fin de recuperar los espacios agrarios de alto valor cultural desde los principios de la soberanía alimentaria, la co-evolución y la sostenibilidad de los territorios agrarios históricos. Las diez medidas velan por la protección de estos espacios agrarios, por la dinamización de la actividad agrícola que en ellos se desarrolla y por el reconocimiento del trabajo y dedicación de quienes han modelado y mantenido estos paisajes y los siguen haciendo, los agricultores y agricultoras.

Los objetivos de esta estrategia son:

Contribuir a promover y ejecutar medidas para proteger los territorios agrícolas históricos, en nuestro caso, la huerta de Murcia con su red de regadío tradicional y su vegetación y fauna asociada, y el campo de secano con su sistema de recogida y almacenamiento de agua.

Potenciar el desarrollo de actividades agroecológicas en estos espacios, como mejor medida de protección y sostenibilidad a largo plazo.

Dinamizar el sector agrario, dotarle de la importancia que tiene como sector primario y base del resto de sectores, y trabajar por erradicar su precariedad laboral.

Intercambiar experiencias entre grupos locales relacionados con la biodiversidad agraria y la soberanía alimentaria.

Sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de su participación como consumidores, en la conservación de estos espacios agrarios y de las variedades locales que en ellos se cultivan.

Visibilizar el papel que han tenido y tienen los agricultores y agricultoras como modeladores del paisaje, custodiadores de la biodiversidad y protagonistas en la lucha para frenar el calentamiento global.

Este fin de semana pasado Huerta Viva y otras asociaciones murcianas acudieron a las II Jornadas de la Federación Intervegas en Villena para presentar una ponencia sobre las propuestas que vienen trabajando en la huerta de Murcia. Allí, representantes de buena parte del territorio español se dieron cita para debatir y buscar medidas que ayuden a frenar la desaparición de los territorios agrícolas históricos y la pérdida de suelo fértil ocasionada principalmente por los malos planeamientos urbanísticos y la agricultura extensiva e industrial. Hubo ponencias de carácter científico, como la de los profesores de la Universidad de Murcia, José María Egea o Diego Rivera, y otras de carácter más divulgativo. Todas ellas traslucían la necesidad vital de cuidar nuestros suelos y por consiguiente estos espacios agrícolas históricos, siendo necesario informar, educar y concienciar a la ciudadanía acerca del recurso que tenemos y que estamos perdiendo, porque como ya se dijo en las I Jornadas en Granada, "sólo se ama lo que se conoce y sólo se defiende lo que se ama".

Como cierre de las Jornadas se plantó simbólicamente en la huerta de Villena un chopo (Populus nigra). A este acto acudieron el alcalde, el concejal de Urbanismo y concejales de todos los grupos políticos del ayuntamiento de Villena, así como representantes de otros ayuntamientos. También asistieron las diputadas del Congreso Lola Alba del PP, Patricia Blanquer del PSOE, Rita Bosaho de Unidos Podemos y Marta Martín de Ciudadanos, comprometiéndose a reunirse en Madrid con representantes de la Federación Intervegas para trabajar sobre un proyecto de ley que ayude a la protección de los territorios agrícolas históricos y el suelo fértil.

Por otro lado, se acordó que las próximas jornadas se celebraran en el municipio madrileño de Fuenlabrada, y se votó por unanimidad a favor de que Murcia acogiera las IV Jornadas en 2018. Desde Huerta Viva se espera que la adhesión a este pacto y la celebración de las IV Jornadas en Murcia, ayuden a que la conservación y potenciación de nuestra huerta y campo sea una realidad como uno de los espacios agrícolas históricos más emblemáticos del Mediterráneo.

Mientras tanto, Huerta Viva presentó la semana pasada a todos los grupos políticos del ayuntamiento de Murcia una propuesta de moción de apoyo a la celebración de las IV Jornadas, y para que de forma conjunta el Ayuntamiento se adhiera al Pacto Estatal al igual que ya lo han hecho otros ayuntamientos como los de Granada, Pamplona, Getafe, Santiago de Compostela, Villena, Fuenlabrada, Rivas, Salas, Orduña, Braga, Conil o la Diputación de Alicante.