"Yo he querido huir pero todo ha vuelto. Esta historia es de Dios"

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David Álvarez de la Campa Pinar

David será ordenado sacerdote el domingo 3 de julio, a las 19:30 horas, en la parroquia de San Andrés y Santa María de la Arrixaca de Murcia

A tan sólo unos días de su ordenación sacerdotal, David está hecho un manojo de nervios. En los diez años que ha pasado en el Seminario ha visto pasar tantas ordenaciones que no termina de creerse que ya le toca a él. La espera con impaciencia: "Estoy deseando que sea la mía".

David Álvarez de la Campa Pinar recuerda sonriente cómo su madre le contaba que de pequeño le pedía a su abuela que le hiciera una casulla "para hacer misa".

La pérdida de su padre a los 11 años le marcó enormemente y le hizo cuestionarse profundamente su fe. Aunque poco a poco se dio cuenta de que "es verdad lo que dice la Biblia de que el Señor cuida al huérfano y a la viuda".

A los 14 años entró en una comunidad neocatecumental en San Andrés (Murcia). Un par de años después participó en una peregrinación a Holanda en un encuentro con Kiko Argüello. Ya de vuelta a Murcia una idea empezó a dar vueltas en su cabeza, la posibilidad de ser sacerdote.

Y así siguió unos meses más, dándole vueltas, hasta la JMJ de Colonia en 2005. Tras aquella Jornada Mundial de la Juventud volvió participar en un encuentro con Kiko Argüello. La noche anterior avisó a su hermano y a su madre de que lo haría, de que en esa JMJ pasaría algo que podría cambiar su vida: David se levantó y dijo sí a la llamada al sacerdocio.

Tras ese verano siguió con sus estudios para finalizar el Bachiller. En junio le invitaron a participar en una convivencia del seminario. Y allí fue él, decidido a descubrir qué era aquello que le había hecho levantarse. Pero no aguantó. Ese mismo día se fue, agobiado y con miedo.

"Yo he querido huir pero todo ha vuelto", explica el diácono. Él intentaba alejarse de la idea de ser cura, pero pasado el verano le invitaron a entrar en el Seminario Mayor de San Fulgencio. Y lo intentó. Llegó el 18 de septiembre, el día de su 20 cumpleaños, y diez años después ha conseguido su meta. "La historia es de Dios, si fuera por mí no habría durado", cuenta entre risas David.

Pastoral en el Seminario

Durante todo el tiempo que ha estado formándose para ser sacerdote, David ha realizado su pastoral en el Seminario Menor de San José, en Espinardo, San Pedro del Pinatar, Sangonera la Seca, Archena, San Javier, Beniaján, en la residencia de Nuestra Señora de Fátima de Molina de Segura y en Mazarrón, donde hace tan sólo unos días finalizaba su diaconado.

De todos esos sitios, David destaca el tiempo de catequesis en las distintas parroquias con niños y jóvenes, y la posibilidad de acercarse a la gente y dar a conocer su vocación. "La gente se cree que somos marcianos", cuenta entre risas el diácono.

Su tiempo de diaconado ha sido un regalo para él, un empujón para crecer y fortalecerse en su vocación y en su ministerio. Agradece a los sacerdotes de las parroquias donde ha estado, San Andrés Apóstol y San Antonio de Padua, su ayuda en su aprendizaje.

Una frase del Padre Pío marca para él este momento que cambiará su vida: "Jesús hoy que temblando te elevo, en un ministerio de amor, contigo sea yo para el mundo camino, verdad y vida y por ti, sacerdote santo".

El lunes se retirará unos días para prepararse de forma especial para su ordenación. Un tiempo para tomar conciencia y volver a confirmar la llamada y volver a decir: Sí, quiero ser sacerdote tuyo, Señor.

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