La finalidad es reducir el número de accidentes y lesiones derivadas del consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas
La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones, pone en marcha una experiencia piloto a nivel nacional para prevenir el consumo de alcohol y otras drogas durante la conducción, con el objetivo de fomentar la seguridad vial.
El director general de Salud Pública y Adicciones, Manuel Molina, mantuvo un encuentro con la jefa provincial de Tráfico, Virginia Jerez, y con el director del Centro Superior de Educación Vial de la Unidad de Intervención Educativa del Ministerio del Interior, Perfecto Sánchez, para ultimar el desarrollo de esta iniciativa.
Esta actuación del Ministerio del Interior se enmarca en el Plan estratégico de seguridad vial 2013-2020 y, según explicó Molina, "Murcia ha sido una de las autonomías seleccionadas para desarrollar este proyecto piloto dirigido a diversos colectivos".
En los próximos meses comenzará un curso de formación de formadores, con el que se pretende dotar a los participantes de conocimientos y recursos para diseñar y ejecutar programas y proyectos de educación vial, generar hábitos seguros y responsables y reducir el número de accidentes y lesiones derivadas del consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas en la conducción.
El curso contará con cinco unidades didácticas en las que se trabajarán aspectos relacionados con la educación vial, el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, estrategias preventivas y para evitar la reincidencia, así como para prevenir factores de riesgo asociados a la seguridad vial, entre otros.
La formación se vertebra en cuatro fases. La primera abordará los contenidos de forma on-line, a través de un aula abierta; la segunda, que tendrá una duración de cuatro horas, será presencial para tratar aquellas dudas que puedan haber surgido.
La tercera fase durará 20 días y su objetivo es la concreción de los proyectos de intervención educativa, así como la revisión de los mismos por los tutores. La última fase prevé la implementación del proyecto en una entidad y la elaboración de la memoria de implantación.
Molina aseguró que "este proyecto brinda a la Región la oportunidad de formar parte en una experiencia pionera y clave para abordar un problemas de gran calado en el ámbito de la salud pública como son los índices de mortalidad, las secuelas y la incapacidad permanente tras un accidente de tráfico".
El director de Salud Pública y Adicciones subrayó la "necesidad de acercar a la sociedad y, en particular, a los más jóvenes los efectos que produce el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas al volante y cómo puede poner en peligro la seguridad de otros peatones o conductores".
Esta experiencia, indicó Molina, "es complementaria con otras que realizamos en la Región para sensibilizar a la sociedad y fomentar los hábitos saludables". En este sentido, concluyó asegurando que "es necesario recordar a la población que aunque no conduzca un coche o una moto, beber también puede tener serias consecuencias legales y para la salud".