43 años después de que un grupo de naturalistas de ANSE anillara los primeros pollos de gaviota patiamarilla en la Isla de Las Palomas (Cartagena), en el año 1973, el grupo de anillamiento de ANSE ha superado las 100.000 aves anilladas de 265 especies diferentes.
Muchos de estos anillamientos han tenido lugar en las campañas de anillamiento de aves migradoras que se realizan en Isla Grosa, como la que acaba de finalizar recientemente, y en la que se ha colocado la anilla 100.000 a un ejemplar de Curruca carrasqueña. Solo en esta última campaña, que ha durado dos meses y ha contado con la participación de 20 personas –todos voluntarios- se han capturado (y liberado) un total de 1.433 aves de 41 especies distintas, la mayoría inmersas en un viaje migratorio que les lleva desde sus cuarteles de invernada en África hasta sus zonas de reproducción en algún punto de Europa. Algunas especies como la Curruca carrasqueña o el Mosquitero papialbo pasarán el verano en el entorno del mar Mediterráneo, mientras que otras como el Mosquitero musical o el Colirrojo real pueden viajar varios miles de kilómetros más hasta el norte de Europa.
El anillamiento científico de aves, que consiste en individualizar a las aves silvestres colocándoles en la pata una pequeña anilla metálica, ha estado muy ligado a la historia de ANSE, que desde sus orígenes ha contado con un activo grupo de anillamiento, y que actualmente está formado por veinte personas. Otras muchas dedican una parte de su tiempo de forma voluntaria a esta labor científica que se ha realizado durante muchos años mayoritariamente de forma altruista.
Desde que comenzara esta actividad, en España se han anillado aproximadamente 5,5 millones de aves silvestres. ANSE ha contribuido notablamente a alcanzar esta cifra con algo más del 2% de estos anillamientos, siendo el decimotercer grupo que supera la cifra de los 100.000 aves anilladas. Especialmente importante ha sido la contribución del grupo en algunas especies marinas como el Paíño europeo (4.930 anillamientos que suponen el 18,5% de los anillamientos en España) o de Buho real (1.582 anillamientos que suponen el 19,2%).
Numerosos proyectos han contribuido a alcanzar esta cifra de anillamientos. Destacan por ejemplo las campañas de investigación y seguimiento de aves marinas en las que ANSE ha estado siempre muy implicada, los anillamientos de limícolas en las Salinas de San Pedro, proyectos de investigación como los realizados con el Búho real, el cormorán moñudo o con el Chotacabras pardo y proyectos de conservación como el de la Canastera o, más recientemente, los anillamientos realizados en los proyectos LIFE que se llevan a cabo en el río Segura.
El anillamiento nos aporta mucha información sobre las aves, especialmente cuando vuelven a ser recuperadas. Durante estos más de 40 años, ANSE ha recuperado cerca de 15.000 aves anilladas, algunas de estas recuperaciones han sido muy interesantes aportando información muy valiosa sobre los movimientos o la longevidad de algunas especies. Así por ejemplo, un Chotacabras gris anillado en Isla Grosa en 2012 se recuperó ese mismo año en North Yorkshire, Gran Bretaña, siendo la tercera recuperación para esta especie fuera de nuestro país, y una Cerceta pardilla anillada por ANSE en Mazarrón fue cazada en un humedal protegido de Alicante siete años después, siendo el ejemplar más longevo de cuantos se habían anillado hasta entonces de esta especie. En 2014 se recuperó un Paíño europeo que había sido anillado nada menos que en 1996 y que tenía en el momento de ser recuperado al menos 19 años de vida, todo un record de longevidad para un ave que apenas alcanza los 20 gramos de peso. Otras recuperaciones nos han sorprendido por la lejanía; numerosos migrantes recuperados en Suecia, Noruega o Gran Brataña como el caso reciente de un pequeño mosquitero musical que recorrió 2.412 kilómetros en tan solo 8 días desde Isla Grosa hasta Suecia.
Todos estos anillamientos y recuperaciones han generado una completísima información sobre las aves de la Región de Murcia que ha mejorado el conocimiento de muchas especies, algunas de las cuales se han descubierto en la Región gracias al anillamiento. Esta información ha producido numerosas publicaciones científicas y varias tesis doctorales así como informes técnicos contribuyendo a mejorar el nivel de conocimiento de muchas especies.