El mercado laboral de la Región de Murcia alcanzó un balance manifiestamente positivo en el primer trimestre del año, al registrarse un avance de la ocupación y un significativo descenso del desempleo, circunstancia que ha permitido reducir una tasa de paro que, por otra parte, se mantiene todavía en cifras elevadas.
De este modo, entre diciembre y marzo se contabilizaron 11.100 desempleados menos, la segunda mayor caída autonómica tras Canarias, que deja la cifra total en 153.800, la más baja desde el segundo trimestre de 2010. Asimismo, mejoró la ocupación, tanto en los últimos tres meses (+5.700 personas) donde se alcanza la mayor tasa por autonomías (+1,0%, frente a -0,4% en el ámbito nacional), como en el acumulado del último año, con 28.700 nuevos ocupados que convierten a Murcia en la segunda región con mayor ritmo de creación de empleo (+5,6%, que supera el +3,3% español). En suma, se han recuperado 37.300 empleos desde el mínimo reciente alcanzado en el primer trimestre de 2013, si bien todavía se contabilizan 100.000 ocupados menos que en 2008.
La mejoría del mercado laboral se traslada a la tasa de paro, que desciende 1,4 puntos para situarse en el 22,1%, la cifra más baja desde el segundo trimestre de 2010 y en convergencia con la media nacional (21%).
Auge en todos los sectores, a excepción de Industria
Atendiendo al comportamiento por sectores, Agricultura fue el que registró una mayor creación de empleo (4.500 ocupados más que en el trimestre anterior), siendo un posible condicionante de este hecho el fin de la campaña hortofrutícola. Servicios, a su vez, aumenta las cifras de empleo (+1.700 ocupados), impulsado por la rama Administración Pública y defensa, Seguridad social obligatoria; educación; actividades sanitarias y de servicios sociales (+3.600). El empleo en Construcción también se mantiene al alza, aunque de una manera más liviana (+700).
Por otro lado, Industria registró un descenso de 1.300 ocupados, influenciado por efectos estacionales y de calendario, como la posible parada de producción originada por las festividades de Semana Santa.
Finalmente, fue el sector privado el que concentró la práctica totalidad del empleo asalariado creado (8.200), frente a la caída en el sector público (-1.700). Ahora bien, la desfavorable evolución del empleo entre los trabajadores por cuenta propia (-800) y los empresarios sin asalariados (-600) refleja las dificultades que todavía afrontan las empresas de menor dimensión.
Por otra parte, se da una destrucción de empleo en Mujeres (-700) que contrasta con el auge en el sexo opuesto (+6.000 ocupados). Por grupos de edad, habrá aumento generalizado a excepción del rango situado entre los 20 y los 34 años que disminuye en 900 personas.
Asimismo, destaca el descenso del paro de larga duración (-9.900) y de las personas con jornada a tiempo parcial (-2.500), mientras gana tracción el empleo a tiempo completo (+8.200).
Respecto a la estabilidad en el empleo, se vio aumentado el número de ocupados con contrato indefinido en 10.200, lo que implica que en un año ya se hayan creado más de 22.000 nuevos contratos indefinidos, haciendo que la tasa de temporalidad baje hasta el 31,9% (frente al 25% de media nacional). Igual de positiva resulta la reducción de la rotación laboral, pues se aprecia un descenso tanto en el ritmo de entrada al mercado laboral (40.800 personas encontraron ocupación en los últimos tres meses) como sobre todo en el de salida (36.000 personas perdieron su ocupación).
Balance positivo, cuantitativa y cualitativamente
En definitiva, durante el último trimestre se ha producido una mejoría del mercado laboral. Esta ha sido cualitativa, como se aprecia en el aumento de la ocupación y el descenso del paro, pero también cualitativa, pues la contratación indefinida sigue ganando terreno al tiempo que se modera la rotación laboral.
Sin duda, tanto la tasa de paro como las de temporalidad y siniestralidad son todavía superiores a lo deseable, pero los logros del último trimestre deberían marcar el camino a seguir. Determinadas actuaciones de diálogo social, liberalización económica, simplificación administrativa y apoyo al comercio minorista deberán facilitar el camino a recorrer.