La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha pedido al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, junto con otras comunidades afectadas como Andalucía y Castilla y León, que lidere un grupo de trabajo técnico que estudie medidas compatibles para el uso de medios fitosanitarios contra la procesionaria del pino ('Thaumetopoea pityocampa') a nivel estatal.
La Consejería, a través de la Dirección General de Desarrollo Rural y Forestal, está realizando tratamientos continuados de corta de bolsones, y fumigaciones, tanto en montes públicos como privados, en especial en áreas recreativas, zonas de paso y otras de uso frecuente. También presta asesoramiento técnico y al mismo tiempo sigue con las actuaciones programadas para combatir la plaga de los perforadores del pino.
Sin embargo, estos tratamientos no se pueden realizar de forma masiva al prohibir una directiva europea el uso de medios aéreos, como avionetas o helicópteros, para combatir las plagas. Por ello, sólo pueden ser aplicados en zonas accesibles a vehículos tipo 'pick-up' portadores de cañones de fumigación o personal con herramientas manuales, lo que deja gran parte del monte sin posibilidad de tratamiento.
Actualmente, la procesionaria ya está enterrada, debido al adelanto de su ciclo de vida por las temperaturas excepcionalmente altas de este otoño e invierno, pero todavía seguirán siendo visibles los bolsones que persisten en el arbolado, aunque no presentan orugas en su interior.
La Consejería recomienda a los usuarios del monte que no se acerquen a las masas arboladas con bolsones abandonados, pues su movimiento o caída, por la acción del viento, puede extender en sus cercanías los pelos y dardos urticantes que emite la oruga de procesionaria, los cuáles pueden provocar alergias e irritaciones.
La Consejería quiere enviar un mensaje de tranquilidad a la población y especialmente a aquellas personas que han manifestado su preocupación por la supervivencia del arbolado forestal, ya que la procesionaria es un agente biótico propio de los pinares ante el cual los árboles responden regenerando las acículas y ramillas al año siguiente.
La situación de decaimiento que se observa en los pinares regionales solo revertirá si se retorna a un ciclo de lluvias y temperaturas normales, lo cual no excluye que localmente aparezcan ciertas plagas, ya que estas son inherentes del ecosistema forestal.
Sequía prolongada
Las duras condiciones climatológicas mantenidas desde 2013, con registros mínimos históricos de precipitación en gran parte de la Región, han sido el principal detonante de la aparición de numerosas patologías en nuestras masas forestales. Estas condiciones se han visto acentuadas en zonas con pendientes elevadas, donde a la escasa precipitación y la alta radiación solar se une un incremento importante de la escorrentía y consecuentemente una menor disponibilidad de agua.
La escasa incidencia de períodos de frío este otoño-invierno motivó el adelanto del ciclo de la procesionaria del pino, que suele darse en primavera en condiciones de lluvia normales.
Desde el punto de vista técnico la plaga no se considera especialmente intensa. Sin embargo, los árboles están tan debilitados por el efecto de la sequía que no son capaces de responder con la generación de nuevas hojas, motivo por el cual el monte presenta el color grisáceo que puede observarse estos días, debido a la baja densidad de hojas, lo que todavía hace más visibles las bolsas de procesionaria.
La Consejería informará a través de su página web, en los próximos días, del estado de las masas arboladas, así como de las recomendaciones a seguir frente a las plagas importantes de la Región.