El pasado martes 29 de octubre finalizó la décima Campaña de Anillamiento de aves que ANSE realiza en Isla grosa para el estudio de la migración. Durante 29 días, varios equipos de anilladores y voluntarios de la Asociación de Naturalistas del Sureste han permanecido en la isla de manera ininterrumpida para estudiar el fenómeno migratorio de las aves a su paso por el Mar Mediterráneo.
Durante esta campaña se han capturado un total de 967 aves de 28 especies distintas. 828 capturas han sido aves anilladas por primera vez mientras que las 139 restantes correspondieron a aves que ya estaban anilladas previamente.
Con esta ya son 10 las campañas de anillamiento que ANSE ha realizado en Isla Grosa. De ellas, 6 han sido realizadas en la migración primaveral mientras que ésta última es la cuarta que se realiza en otoño tras las realizadas en los años 2006, 2007 y 20011. La realización de las campañas en otoño viene a completar la información obtenida en las campañas de primavera que se llevan realizando ininterrumpidamente desde 2009.
La mayoría de las aves que se capturan en otoño son pequeñas aves presaharianas que se dirigen desde sus lugares de cría en el norte y centro de Europa hacia el norte de África donde pasarán el invierno. A cada ave se le coloca una anilla de metal con remite del Ministerio de Medio Ambiente y vuelven a ser liberadas.
La especie más capturada ha sido el Petirrojo, con un total de 393 aves anilladas, seguido de la Curruca cabecinegra con 151, la Curruca capirotada con 60 y el Zorzal común con 40. Muy interesante ha sido también la captura de 17 Chotacabras grises, una especie muy poco anillada y de la que sabemos muy poco sobre sus migraciones.
Entre las capturas más interesantes cabe destacar la de una Curruca capirotada anillada en Francia. Además se capturó un ejemplar de Camachuelo carminoso y otro de Papamoscas papirrojo, dos aves consideradas como rarezas ornitológicas puesto que sus rutas migratorias se encuentran al Este de Europa.
La importancia de la isla para las aves migradoras como lugar de descanso aporta un valor añadido a este espacio protegido además del ya conocido por sus colonias de aves marinas, sus fondos sumergidos o su singularidad geológica. La presencia del personal investigador de ANSE en la isla también ha contribuido a la conservación de estos valores, ya que se han evitado molestias humanas o la pesca furtiva entre otras actividades.
El estudio ha sido financiado por la Dirección General de Medio Ambiente de La Región de Murcia y ha contado con la participación voluntaria de varios anilladores y colaboradores de ANSE.