Los tres planes de recuperación del entorno del Cañón de Almadenes, las sierras del Almorchón y del Almirez abarcan una superficie total de 534,14 hectáreas con una inversión de más de 3,3 millones
Cada área está dotada de un estudio individualizado y con una planificación de 10 años para su desarrollo completo
La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente va a poner en marcha las labores de recuperación de las zonas afectadas por los incendios de este verano en Lorca, Cieza y Calasparra. Así lo anunció esta mañana la consejera Adela Martínez-Cachá en una rueda de prensa en la que dio a conocer los tres planes de recuperación del entorno del Cañón de Almadenes, la Sierra del Almorchón y la Sierra del Almirez.
La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente resaltó que "el intenso y riguroso trabajo de los técnicos de la Dirección General de Desarrollo Rural y Forestal ha permitido, en breve espacio de tiempo, desarrollar una planificación temporal de las necesidades de actuación en las zonas devastadas por el fuego". Martínez-Cachá hizo hincapié en que "es la primera vez que se responde con tanta celeridad, ya que aún no ha pasado un mes desde que tuvieran lugar los devastadores incendios y vamos a comenzar a actuar ya". Añadió que "el objetivo es que la sociedad pueda volver a disfrutar lo antes posible de estos parajes tan maravillosos de la naturaleza murciana".
Adela Martínez-Cachá destacó que la inversión total de los planes es de más de 3,3 millones de euros, de los que 1.102.248 se destinarán a la restauración del entorno del Cañón de Almadenes, 450.290 a la recuperación de la zona incendiada del Almorchón y 1.805.154 euros para la Sierra del Almirez.
La titular de Agricultura y Medio Ambiente indicó que, "al tratarse del patrimonio natural de la Región, con carácter inmediato, durante este año vamos a destinar 883.000 euros a las acciones de regeneración". De ellos, 298.208 euros recaerán en el entorno del Cañón de Almadenes, 84.090 en la Sierra del Almorchón y 500.702 euros en la Sierra del Almirez.
Para ello, la Consejería ha elaborado tres planes de recuperación de las 534,14 hectáreas afectadas (293,05 de monte público y 238,09 de monte particular). Cada área incendiada se ha dotado de un plan individualizado con una planificación temporal de 10 años para su desarrollo completo, tiempo suficiente para reiniciar de nuevo la funcionalidad ecológica de estas áreas forestales afectadas por el fuego.
Así, para abordar los planes se han definido previamente unos "objetivos rigurosos y específicos" para cada área incendiada, que se alcanzarán mediante acciones de ejecución de labores de restauración en el monte. Los objetivos se han planteado de acuerdo con las características y valores ambientales de cada área incendiada, que tienen en común su alta biodiversidad, tal y como se refleja en las diferentes figuras de protección que ostentan.
En concreto, se han visto afectadas la Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) de la Sierra del Molino, embalse del Quípar y Llanos del Cagitán en el incendio del entorno de Almadenes y la Sierra del Almorchón; la Zona de Especial Conservación (ZEC) de sierras y Vega Alta del Segura y ríos Alhárabe y Moratalla en el incendio de Cañón de Almadenes, así como el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y ZEPA de la Sierra del Gigante en el incendio de la Sierra del Almirez.
En cada uno de los planes se recuperarán suelos arbóreos, estratos de matorral y especies herbáceas, reconstruyendo el puzle de la biodiversidad vegetal representada en estos hábitats, muchos de ellos de interés comunitario que ocupan un alto porcentaje de la superficie a restaurar. También se llevará a cabo la recuperación de la función de retención de tierra, de infiltración de agua del suelo, de reservorio de nutrientes para especies vegetales o de conservación de carbono orgánico en el suelo.
Desarrollo de los planes
Las acciones abordadas en cada uno de los planes se enmarcan en cinco bloques: medidas cautelares, de emergencia, de regeneración ecológica, de seguimiento ambiental y de voluntariado y divulgación. Al respecto, la consejera avanzó que "a partir de las próximas semanas, y durante los próximos meses, se va a trabajar en las medidas de emergencia". Así, las primeras actuaciones se centrarán en la adecuación de redes viarias que garanticen el acceso a las zonas de actuación de Almadenes y el Almirez, la ejecución de obras de corrección hidrológico-forestal mediante la construcción de diques y albarradas para evitar daños por procesos erosivos y fenómenos torrenciales en el Almorchón y Almirez, así como la inmediata corta de los árboles quemados en cada una de las áreas de actuación.
Con los restos vegetales resultantes de las talas de árboles calcinados se construirán albarradas biológicas en cauces y fajinas en laderas, que ayudarán al control de la pérdida de suelo y semillas, mejorar la infiltración de agua de lluvia, aportar materia orgánica, reducir la escorrentía superficial o facilitar la regeneración natural. Además, parte de estos restos vegetales se emplearán en la creación de estructuras biológicas para el refugio y nidificación de especies fauna. Asimismo, se preservarán bosquetes sin cortar que servirán de control para el seguimiento biológico y como posadero de aves que, a la vez, facilitarán la dispersión de semilla.
A partir del tercer año se iniciarán los trabajos de regeneración ecológica, consistentes en trabajos de ayuda a la regeneración natural de las masas de pinar (repoblaciones y tratamientos selvícolas) y microintervenciones para la recuperación de la biodiversidad de flora y fauna con actuaciones de mejora de hábitats, refuerzo de especies singulares, y creación de puntos de agua naturales, y se facilitará la disponibilidad de alimento, entre otras acciones.
Adela Martínez-Cachá dijo que "todas las acciones definidas en los diferentes planes de recuperación dispondrán de un seguimiento ambiental que cubrirá las áreas de biología, edafología y forestal, lo que permitirá retroalimentar el plan con valiosa información para permitir su desarrollo y comprobar el grado de consecución de los objetivos planteados".
Los planes también contemplan medidas de voluntariado para que participe la sociedad en actividades de siembra o plantación de las zonas incendiadas y el desarrollo actividades de sensibilización. Además, se incluyen actividades de divulgación y elaboración de material explicativo para dar a conocer a la sociedad el esfuerzo invertido en la recuperación de estas áreas.