Paisajes desolados, aislados y difíciles de habitar son el campo de trabajo de la chilena Magdalena Correa. La artista se ha sentido atraída desde sus primeros trabajos por los territorios desconocidos y en Cartagena, muestra dentro del festival La Mar de Músicas "Territorios y existencias", una exposición basada en los desiertos del Gobi en China y el de Atacama en el Norte de Chile. La muestra que establece conexiones entre las dos zonas geográficas se podrá ver hasta el 30 de julio en el CIM.
El trabajo artístico de Magdalena Correa (Chile, 1968) explora territorios en situación de aislamiento y olvido, lugares en los que se desarrolla una forma de vida humana en precario. Correa se detiene en espacios geográficos y humanos aislados y desconocidos que coexisten de manera habitual y real a la vida cotidiana. Su obra nace del trabajo de campo en esos lugares y de las capturas que realiza a través de la fotografía y el vídeo. Después, reelabora o reinterpreta esa materia prima desde su óptica personal. En Cartagena, las cajas de luz muestran sus imágenes.
Correa es licenciada en Bellas Artes con mención en grabado por la Universidad Católica de Chile y Doctora en fotografía y vídeo por la Universidad Politécnica de Cataluña. Ha sido integrante de la Línea de Investigación "Aplicaciones a los Sistemas Audiovisuales y Multimedia" del Departamento de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña. El proyecto que la trae a Cartagena es: Territorios y existencias sobre los desiertos del Gobi en China y Mongolia y el de Atacama en el Norte de Chile. La muestra establece un contrapunto entre distintas zonas geográficas donde los habitantes enfrentan de forma similar, los rigores de la naturaleza y el clima.
Magdalena Correa describe su motivación detrás de la exposición Territorios y Existencias, como: "la necesidad vital de vivir e investigar territorios geográficos y humanos que se encuentran en un estado de abandono y olvido absoluto. Desvelar mediante mi propia interpretación realidades existentes, absolutamente ajenas y desconocidas a nuestra cotidianidad habitual". La exposición presenta una serie de fotografías monumentales en cajas de luz y piezas audiovisuales que ponen en evidencia, tanto similitudes como contrapuntos entre territorios tan alejados entre sí, como son el desierto de Atacama, en Chile, y el desierto de Gobi, en China y Mongolia. Su motivación es "la necesidad vital de vivir e investigar territorios geográficos y humanos que se encuentran en un estado de abandono y olvido absoluto. Desvelar mediante mi propia interpretación realidades existentes, absolutamente ajenas y desconocidas a nuestra cotidianeidad habitual".