“Alcalde, concejales, les reitero mi felicitación y les convoco, como me convoco a mí mismo, a la responsabilidad”. Con estas palabras finalicé mi intervención en el Pleno de toma de posesión de la Corporación, con el que oficialmente comenzamos a escribir un capítulo de la historia política local, un capítulo que necesariamente tiene que estar protagonizado por el diálogo, la transparencia, la búsqueda de consenso y la defensa de los intereses de nuestro pueblo.
A las personas que formamos parte del Grupo Municipal Popular nos gustaría que durante este mandato y al final del mismo, podamos estar todos orgullosos del trabajo realizado en pos de nuestra ciudad. Para eso, nosotros seguimos demostrando coherencia en cada paso que damos, en sintonía con las ideas y el modelo de Gobierno que hemos defendido desde el inicio de campaña y que seguiremos abanderando durante la legislatura. Como gesto de coherencia y responsabilidad quisimos votar abstención en la investidura del nuevo alcalde. A la vista de que los resultados electorales no daban la mayoría absoluta, decidimos facilitar la elección del cabeza de lista de la candidatura con mayor número de votos, la del Partido Socialista. Un gesto de apoyo y un gesto que adquiere simbolismo en un contexto como el actual, donde estamos viendo como en otros lugares España se gestan algunos pactos rocambolescos y negociados en despachos para arrebatar el Gobierno al candidato más apoyado en las urnas (sobre todo si es del Partido Popular), aunque ello suponga contradecir tu discurso ante el electorado.
Valoro positivamente la ausencia de pactos previos de gobierno en Caravaca y que finalmente no se haya cerrado el acuerdo entre el Partido Socialista e Izquierda Unida, formación esta última que, según el artículo de El Noroeste, dice que tras no alcanzar acuerdos, no entrará en el Equipo de Gobierno con la Concejalía de Hacienda. Estamos, por tanto, ante un Gobierno en minoría, que nos permitirá participar en las decisiones municipales, como segunda fuerza más votada que somos. Y en esta situación, creo que todas las formaciones políticas representadas en el Ayuntamiento de Caravaca tenemos una oportunidad única para ejemplificar la nueva política, que reclaman y necesitan los ciudadanos.
La oposición es ejercer una labor de control de Gobierno, claro está. Pero una oposición responsable y constructiva también es aquella que deja a un lado intereses políticos e intenta facilitar la gobernabilidad de un pueblo para garantizar la estabilidad y que no se vea frenado en ningún momento el proceso de recuperación de las ciudades y comunidades autónomas.
Creo que es nuestra obligación apoyar las propuestas razonables y trabajar para atajar problemas de nuestro municipio, para mejorar la vida de sus vecinos y en definitiva para hacer de esta ciudad un lugar mejor para vivir. Los componentes de la candidatura del Partido Popular ya estamos trabajando ya, cada uno en su área correspondiente y también en equipo, en esta oposición útil y positiva, preparando propuestas que forman parte de nuestro proyecto de presente y futuro para Caravaca. No hay tiempo que perder.