Unas 200 personas han participado este fin de semana en la Esperanzada 2015, la peregrinación al santuario mariano de Nuestra Señora de la Esperanza de Calasparra organizada por la Delegación de Pastoral Vocacional. Desde Emmanuel, un bebé de meses que viajaba a la espalda de su madre, hasta Lazarina, una religiosa de 69 años, religiosos, sacerdotes, seminaristas y seglares han dado testimonio de esperanza por los diferentes lugares por los que ha transcurrido esta peregrinación que se iniciaba el viernes en la Basílica Menor-Santuario de la Vera Cruz de Caravaca.
Bajo el lema: "La caridad es el camino. Juntos andemos, Señor", como respuesta al Año Diocesano de la Caridad convocado por el Obispo de Cartagena y a la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús, han participado en esta segunda edición de la Esperanzada trece órdenes religiosas: Franciscanos, Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, Misioneras de la Sagrada Familia, Salesianas del Sagrado Corazón, Esclavas de Cristo Rey, Hermanitas de la Anunciación, Hermanitas de Jesús, Franciscanas de La Purísima, Hermanas de la Consolación, Misioneros Javerianos, Siervas de Jesús, Franciscanas de los Sagrados Corazones y Misioneras de la Caridad.
Junto a los religiosos han caminado también sacerdotes y seminaristas de los tres seminarios diocesanos –Mayor de San Fulgencio, Menor de San José y Misionero Redemptoris Mater- y los del seminario Menor y Mayor de San Torcuato de la Diócesis de Guadix. A todos ellos se unieron también seglares: familias, niños, jóvenes y adultos de distintas parroquias, asociaciones y movimientos de la Diócesis.
Los peregrinos llegaron en la tarde del viernes a Cehegín, donde hicieron noche, para reanudar el sábado el camino hacia Calasparra. La Esperanzada 2015 finalizó el domingo a mediodía en el santuario de Nuestra Señora de la Esperanza de Calasparra tras la comida de fraternidad que tuvo lugar tras la celebración de la Eucaristía, presidida por el Obispo de Cartagena.
El rector de los seminarios Mayor de San Fulgencio y Menor de San José y responsable de la Pastoral Vocacional, D. Sebastián Chico, asegura que durante el fin de semana se ha vivido intensamente la comunión eclesial de la Iglesia Diocesana. “Los consagrados somos signo de esperanza en medio de nuestra sociedad, signo de entrega porque manifestamos con nuestra vida y entrega el seguimiento a Cristo”, explica Chico.
El rector agradece, además, la generosidad con la que les han tratado los vecinos de los lugares por los que ha transcurrido la peregrinación, “ha sido un acontecimiento por donde hemos pasado de alegría, fe y esperanza; la gente salía a la calle para preguntarnos quiénes éramos”. Asegura, además, que fue “hermoso que el domingo fuera la fiesta del Buen Pastor y poder disfrutarla con nuestro Pastor diocesano. El Sr. Obispo tuvo palabras de aliento, nos invitó a ser conscientes de nuestra entrega y animó a los que se están cuestionando su vocación”.
Desde la Delegación de Pastoral Vocacional agradecen la colaboración de los ayuntamientos de Caravaca de la Cruz, Cehegín y Calasparra por los medios materiales y humanos prestados, así como la de Delegación de Gobierno, Jefatura Provincial de Tráfico y Guardia Civil, cuyos agentes les acompañaron durante todo el trayecto para velar por su seguridad.