El Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, visitó ayer la barriada y las instalaciones de la Casa-Taller de El Campico de Alcantarilla, un Centro de Acción Social de Cáritas Diocesana, donde se acoge, atiende, acompaña y dignifica la vida de 60 familias en grave excusión social.
Durante su visita estuvo acompañado por el Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana, D. Antonio Guardiola; por el consejero sacerdote de la Zona Suburbana I, D. Francisco José Fernández; por el equipo directivo de Cáritas, D. José Saura, director diocesano, y D. Juan Antonio Illán, secretario general; y por la responsable del proyecto de El Campico, Dña. Carmen Cremades.
El Sr. Obispo quiso conocer de primera mano cuál es la realidad social, de necesidad, de sufrimiento, pero también se superación, de todas aquellas familias que acoge la Casa-Taller El Campico. Y es que, quienes viven situaciones de pobreza y exclusión social también tienen mucho que compartir desde su humanidad. “Es verdaderamente hermoso poder contemplar cómo la comunidad cristiana en su conjunto se vuelca para acompañar a estas familias que sufren y viven diariamente el desarraigo y la exclusión social, logrando que, poco a poco, vayan encauzando sus vidas”, explicó Mons. Lorca.
“Para nosotras, las mujeres gitanas que vivimos en El Campico, esta casa es nuestro lugar de encuentro y reunión, nuestra vía de escape, donde poder acudir para cualquier tipo de problema y necesidad. Sin esta casa no sé qué sería de nosotras y de nuestros hijos”, comentaba una de las mujeres al Sr. Obispo en el encuentro en el que aprovecharon para mostrarle las labores de costura que realizan y que han aprendido gracias a la dedicación de las voluntarias. “Para nosotras sería un sueño hecho realidad el poder vender estos detalles y ganarnos la vida con ello”, apuntaba otra de las allí presentes, a lo que añadió que “necesitamos poder mantenernos, económicamente hablando, por nosotras mismas y que nuestros maridos tengan una ocupación ya sea mejorando y manteniendo la barriada. Queremos integrarnos y poder dignificar nuestras vidas y la de nuestras familias”.
Es importante que se pueda hacer visible la labor tan digna y encomiable que llevan a cabo diariamente, tanto voluntarios como personal contratado, de la Casa-Taller de El Campico, para que se conozca la realidad de la zona y la situación en la que viven estas 60 familias de Alcantarilla, y de esta forma “intentar buscar soluciones para que estas personas se conviertan realmente en protagonistas de sus vidas”, declaró Mons. Lorca Planes.