Un ejemplar de cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) fue abatido el pasado noviembre en el Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva (Comunidad Valenciana) durante una jornada de caza. La información se ha obtenido gracias a la colaboración de los cazadores de la zona que remiten los datos de las aves que cazan y que portan anilla.
El ave fue anillada en 2007 por el grupo de anillamiento de ANSE en el humedal de la Rambla de las Moreras (Mazarrón, Murcia) donde una pareja de esta especie se reprodujo durante los años 2007 y 2008.
La recuperación de este ejemplar siete años y tres meses después de su anillamiento supone el registro más longevo que se conoce para esta especie que es, de todas las anátidas europeas, la que presenta una edad promedio de los adultos más baja (en torno a los 2,2 años). Hasta ahora, ningún ave anillada había sido recuperada más allá de su tercer invierno de vida.
Esta especie, que se citaba como la anátida nidificante más común en las Marismas de Doñana a finales del siglo XIX, ha sufrido un dramático declive convirtiéndose en la actualidad en una especie al borde de la extinción en España, con apenas unas pocas decenas de parejas reproductoras repartidas entre los humedales levantinos y las Marismas de Doñana (Huelva).
Este hecho ha podido conocerse gracias a que el ave portaba una anilla metálica oficial que fue remitida a través de la Oficina de Anillamiento gestionada por SEO/BirdLife. Según se ha confirmado a ANSE desde la misma Generalitat Valenciana, el dato remitido a la Oficina de Anillamiento fue de la muerte de una cerceta común, especie con la que fue confundida.
La especie cuenta con varias figuras de protección, estando catalogada como “En Peligro Crítico” por el Libro Rojo de las Aves de España (SEO/BirdLife, 2004), y “En Peligro de Extinción” por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas así como en los catálogos regionales de la Comunidad Valenciana y de la Región de Murcia. Además está incluida en el anexo I de la Directiva Europea de Conservación de Aves Silvestres (Directiva 79/409/CEE de Aves), que compromete a los estados miembro de le UE a ordenar medidas que permitan el mantenimiento del hábitat ocupado por las especies incluidas en el citado anexo. Todo ello no ha servido para evitar que se siga permitiendo la caza de anátidas en los pocos humedales donde aún se encuentra esta especie.
La muerte de este ave se ha producido en un espacio natural que cuenta con varias figuras de protección. La Marjal de Pego-Oliva está declarada como Zona de Especial Protección para las Aves y Humedal de Importancia Internacional (Convenio Ramsar). A pesar de ello la caza sigue siendo una actividad permitida, y la Generalitat continúa autorizando su inicio antes del amanecer, lo cual puede llevar a situaciones como estas, en las que no se logra distinguir claramente las especies objetivo. La caza está descrita como uno de las principales amenazas para la cerceta pardilla. El ejemplar abatido fue confundido con una cerceta común, especie cinegética.
La adecuada regulación y control de la actividad cinegética es una de las medidas fundamentales para que situaciones como ésta no vuelvan a suceder, y evitar la extinción en la Península Ibérica de la escasísima cerceta pardilla.