La Consejería de Educación, Cultura y Universidades, la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena han aumentado la cantidad destinada a ayudar a aquellos estudiantes que se encuentran en riesgo de exclusión del sistema universitario. En concreto, estas ayudas pasan de los 200.000 euros del curso pasado, que permitieron proseguir sus estudios a 650 universitarios con pocos recursos que no pudieron cumplir los requisitos académicos necesarios para mantener su beca, a los 250.000 de este curso.
Así lo confirmó hoy el consejero de Educación, Cultura y Universidades, Pedro Antonio Sánchez, junto al rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, durante la celebración de Santo Tomás de Aquino en la UMU. "El curso pasado logramos ayudar a 650 estudiantes que habían visto afectada su carrera académica por situaciones externas, sufragando el importe del 50 por ciento de las tasas de matrícula. Para esta convocatoria, la Consejería de ha aumentado su aportación un 28 por ciento, por lo que esperamos alcanzar las 800 ayudas", señaló Pedro Antonio Sánchez.
Según el acuerdo alcanzado el curso pasado, la Consejería de Educación, Cultura y Universidades aporta el 45 por ciento del presupuesto destinado a estas ayudas. Esta cantidad fue de 90.000 euros, mientras que los otros 110.000 euros se repartieron entre la Universidad de Murcia y la Politécnica de Cartagena. Para este curso, la aportación de la Consejería se eleva hasta los 115.000 euros. De esos 250.000 euros, 186.000 irán destinados a estudiantes de la Universidad de Murcia, mientras que los otros 84.000 euros servirán para ayudar a alumnos de la UPCT.
"El objetivo es garantizar que los estudiantes que realmente lo necesitan y que no hayan podido obtener un rendimiento académico por causas extraordinarias puedan seguir cursando sus estudios sin verse afectados por las condiciones económicas adversas que han padecido las familias en estos últimos años", subrayó el consejero de Educación.
Tanto la UMU como la UPCT serán las encargadas de publicar sendas convocatorias individuales pero con los mismos criterios generales en lo que se refiere al umbral de renta. El objetivo inicial es que la convocatoria, como ya sucedió el curso pasado, cubra al menos el 50 por ciento de los costes de las primeras matrículas, aunque, en caso de que la financiación lo permita, las bases establecen que se pueden aumentar los importes.