En la tarde de ayer, domingo, el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió la Misa de acción de gracias por la reapertura de la parroquia de Santiago Apóstol de Lorca, tras los más de tres años que ha permanecido cerrado el templo por las restauraciones que se han llevado a cabo para su reconstrucción tras los daños ocasionados por los terremotos del 11 de mayo de 2011.
En su homilía, el Sr. Obispo hizo referencia al estado en el que quedó el templo tras los terremotos, prácticamente derruido, y al dolor que sufrió la comunidad parroquial. Mons. Lorca comentó que tras los terremotos, la imagen de la parroquia de Santiago Apóstol apareció en periódicos y televisiones de todo el país para mostrar la magnitud de la desgracia ocurrida en Lorca. “Cuando lo vimos entonces lloramos y ahora nos alegramos, ahora damos gracias a Dios, porque hemos visto la mano de Dios. El Señor ha estado cercano a nosotros, porque el corazón de mucha gente se ha solidarizado con nosotros, han salido a nuestro encuentro, y es verdad que, aunque no hemos llegado hasta el final de todas las necesidades, el mecanismo se ha puesto en marcha”, dijo Mons. Lorca dando gracias a Dios. “Una lección sí hemos aprendido “, indicaba el Prelado, “que ante las dificultades, por muy grandes que sean, siempre el Señor está cerca de nosotros. Esta lección nos tiene que llevar a confiar, y a decirle a quienes están junto a nosotros que confíen en el Señor”.
En el momento del ofertorio, dos niños llevaron hasta el altar dos ladrillos. Estos dos niños pertenecían a un grupo de catequesis que tenía previsto celebrar su Primera Comunión en esta parroquia el mismo mes en el que sucedieron los terremotos.
Al término de la celebración, el Sr. Obispo explicó que la inauguración oficial del templo podría tener lugar en abril de 2015, intentando que coincida con la colocación del retablo mayor del templo.
En julio de este año, coincidiendo con la festividad de Santiago Apóstol, regresó a su camarín la imagen del titular de la parroquia, obra del imaginero valenciano José Geriqué, que pudo ser rescata de entre los escombros, aunque con graves desperfectos.