"La cuestión de las pensiones es siempre un elemento recurrente entre los temas de mayor actualidad. No en vano, las perspectivas para los futuros jubilados, de manera muy especial para los que se jubilen a partir de 2020, no son precisamente halagüeñas. La confluencia de un comportamiento demográfico adverso, que tiende hacia un envejecimiento cada vez más rápido de la población española, con la crisis económica y el descenso del número de cotizantes, colocan en la encrucijada el actual sistema público de pensiones. Cada vez es más evidente que los pensionistas perderán poder adquisitivo de manera gradual durante los próximos años.
Frente a esta realidad, las entidades financieras y las compañías aseguradoras se han apresurado en comercializar una serie de productos destinados a compensar la menor cuantía de las pensiones públicas. Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en los PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), cuyas características encajan perfectamente con las necesidades descritas. La duración del PIAS siempre debe ser superior a 10 años; el límite máximo de la aportación anual es de 8.000 euros, con un límite acumulado máximo de 240.000 durante todo el periodo de duración del pago de primas, beneficiándose de rentabilidades por encima del mercado de los depósitos y no teniendo que abonar el IRPF por considerarse un complemento para la jubilación. Una opción a considerar.
Las hipotecas inversas o vitalicias son mecanismos en auge que consisten en el pago de una renta mensual con carácter vitalicio a cambio de poner como garantía o aval un inmueble. Se trata de un préstamo en el cual el usuario recibe una renta calculada en base a su edad y al valor del inmueble en cuestión (cuanto más altas sean estas variables mayores serán las retribuciones). A cambio, el banco o la aseguradora recibirán el piso comprometido tras el fallecimiento del titular. Un formato muy similar se encuentra en el seguro Renta Óptima, comercializado por la firma española santalucía.
Algo más convencional es el PPA (Plan de Previsión Asegurado), que puede percibirse de una sola vez cuando se desee. No obstante, debido a que su cobro contabiliza como rentas del trabajo, lo usual es realizarlo cuando se acumulan cantidades relativamente pequeñas. Además, su condición de producto a largo plazo lo convierte en un foco permanente de inestabilidad en lo que a su consideración fiscal se refiere. Por otro lado, los fondos de inversión en renta fija son una opción muy interesante por sus bajos riesgos (mucho menores que la renta variable) y su interesante rentabilidad, siendo comercializados por aseguradoras y entidades.