La Consejería de Agricultura y Agua, a propuesta de la Dirección General de Ganadería y Pesca, en el marco del próximo Plan de Desarrollo Rural (PDR 2014-2020), recientemente enviado a Bruselas, ha incluido una ayuda adicional a los apicultores, por mantener sus colmenas en aquellas zonas donde exista flora autóctona protegida en peligro de extinción, para que ésta sea preservada mediante el efecto polinizador de las abejas.
El sector cuenta con alrededor de 345 apicultores en la Región, que explotan unas 85.000 colmenas, con una producción anual de unas 1.300 toneladas de miel, principalmente de azahar, característica de las regiones de levante. Dicha producción representa el cinco por ciento del total nacional, lo que nos sitúa en tercer lugar, después de las provincias de Valencia y Salamanca. España es el principal país productor de miel en la Unión Europea.
La Consejería, que viene apoyando tradicionalmente al sector apícola regional con unos 320.000 euros anuales de ayudas a las asociaciones de productores, reconoce la gran contribución de este sector a la agricultura. No habría frutales de hueso, almendros, melones, sandías y demás cultivos sin el efecto polinizador de las abejas, que son el 90 por ciento de los polinizadores del medio agrario.
Sin embargo, la Dirección General de Ganadería y Pesca estima que no se ha reconocido y valorado aún la gran aportación de las abejas a la conservación del medio ambiente. Según el catálogo de la flora protegida regional hay unas 200 especies autóctonas silvestres en peligro de extinción y el efecto polinizador de las abejas hace que no desaparezcan especies tan singulares como la Manzanilla de Escombreras, la Membrillera blanca o el Tomillo amargo, entre otras. Por ello aboga por conseguir en Bruselas la mencionada ayuda adicional para los apicultores, por mantener sus colmenas en espacios donde se ubique flora autóctona amenazada.