Los datos dados a conocer por el Boletín de Siniestralidad Laboral, editado por el Instituto de Seguridad y Salud Laboral, correspondiente al mes de Julio, confirman la tendencia ascendente de la accidentalidad laboral en la región, habiéndose producido en lo que va de de año una media diaria de 41 accidentes con baja laboral.
Durante la jornada de trabajo en el mes de Julio se han contabilizado 1.181 accidentes con baja laboral, 129 más que el mes anterior, lo que representa un considerable aumento del 14%, de los cuales 282 han sido en el sector de la Agricultura y Pesca, 252 en la Industria, 48 en la Construcción y 599 en Servicios.
Si analizamos los 7 meses transcurridos en el 2.014 en comparación con el mismo periodo del año anterior la escalada de la accidentalidad es más evidente, pues en dicho periodo de Enero a Julio se han producido en la región 8.517 accidentes de trabajo con resultado de baja laboral en jornada, desglosados en 7.473 en jornada y 1.044 in itínere, un 6,50% más que en los 7 primeros meses del año anterior, que fueron 8.001. Los accidentes calificados como graves de Enero a Julio han sido 49 frente los 41. Siendo los mortales la única nota más favorable en la estadística que han sido 10 frente a los 15.
También hay que destacar, una vez más el incremento de los accidentes sin baja, cuyo número, 13.599 en los 7 primeros meses del año supera con creces a los de baja. Siendo este dato la evidencia que la situación laboral es cada vez peor, ya que parte de ellos se debe al miedo a las represalias con fundamento o sin ellas al tener un contrato precario
Para la USO este repunte del aumento de los accidentes con o sin baja laboral, revelan que la persistencia de la crisis esta relajando la inversión de las empresas en la prevención de riesgos laborales, al mismo tiempo también inciden los últimos cambios de la normativa en centros de trabajo aprobada por el Gobierno en las empresas de menos de 25 trabajadores, que puede incidir en bajar la guardia en materia de seguridad. Todo ello aderezado con la mayor contratación de carácter eventual y con fecha de caducidad que se esta institucionalizando, la cual constituye un caldo de cultivo que favorece el accidente laboral.