Una jornada organizada por la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) ha analizado algunas reglas básicas para combinar dos realidades muy distintas
“Es posible lograr la felicidad de la familia y el éxito de la empresa”, ha explicado Alfonso Chiner, profesor del IESE, durante la charla
Las características que definen a las empresas familiares les aportan una serie de ventajas competitivas frente al resto del tejido empresarial. Capacidad para adaptarse a los cambios y a todo tipo de mercados, orientación a largo plazo, prudencia financiera o búsqueda constante de calidad en unos productos o servicios que van directamente asociados al nombre de la familia son algunas de ellas. Pero para poder aprovecharlas es fundamental saber conciliar dos realidades muy diferentes: familia y empresa.
Este ha sido el tema central de una conferencia que ha organizado la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) y que ha protagonizado el profesor del IESE Business School, Alfonso Chiner. “Cuando familia y empresa funcionan bien, logramos que las ventajas competitivas de estas compañías se hagan realidad”, ha explicado.
Inaugurada por el director general de Universidades, Luis Javier Lozano, y por la presidenta de Amefmur, Isabel Sánchez, durante la jornada se han expuesto herramientas, alternativas y experiencias de éxito que ayudan a aprovechar al máximo la potencialidad que tiene este colectivo y que pasa necesariamente porque las familias empresarias organicen y gobiernen adecuadamente su empresa y su familia.
Entre las claves que Alfonso Chiner ha destacado para conseguir este objetivo destaca la necesidad de tratar a la empresa como una empresa y a la familia como una familia, la importancia de anticiparse para evitar las sorpresas, disponer de estructuras para casi todo y prestar siempre atención, de forma simultánea, al ritmo de crecimiento de la empresa y de la familia
En su intervención, también ha hecho referencia a algunos errores clásicos que hay que tratar de evitar como, por ejemplo, confundir propiedad con capacidad de dirigir, mezclar relaciones de afecto (familia) con relaciones contractuales (empresa), no seguir las reglas del mercado, retrasar la sucesión o creerse inmunizado.
“Debemos preguntarnos, ¿a qué le doy más importancia: al éxito de mi empresa o a la felicidad de los miembros de mi familia? Y debemos respondernos que a los dos, ya que es posible lograr la felicidad de la familia y el éxito de la empresa. Lo importante son las personas y su voluntad para tomar decisiones adecuadas conforme con el sistema de gobierno familiar y empresarial acordados”, ha indicado.
La jornada finalizó con un coloquio, dirigido por el director honorífico de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum, Juan Monreal, en el que todos los asistentes pudieron trasladar sus dudas así como compartir sus puntos de vista y experiencias.