Los orientadores realizaron prevención del suicidio en 1.027 llamadas de mujeres que manifestaron su intención de quitarse la vida
En 2013, los 30 centros del Teléfono de la Esperanza en España atendieron 111.979 llamadas de personas en situación de crisis emocional. De ellas, el 71% fueron realizadas por mujeres, lo que evidencia que a las mujeres les cuesta menos solicitar ayuda psicológica que a los hombres. También es fácil comprobar que muchas mujeres suelen erigirse en portavoces cuando existe un problema que afecta a la familia. Mientras que a los hombres les produce más vergüenza reconocerse necesitados, a las mujeres les resulta más fácil demandar ayuda para cualquiera de los miembros de la casa, sean hijos, marido, padres...
En el 62,5% de las llamadas efectuadas por mujeres, la causa principal de la demanda de orientación era un problema psicológico o psiquiátrico. En el 31,9% de los casos, la llamada estaba motivada por un conflicto relacional o familiar; en el 3,4%, se solicitaba una ayuda asistencial; y en el 2,2% de las ocasiones, se requería un asesoramiento por un problema jurídico.
Entre los problemas de índole psicológica, los que provocan más llamadas de las mujeres al Teléfono de la Esperanza son la soledad y la incomunicación (10,6% de las llamadas), depresión (8,8%), trastornos de ansiedad (7,2%) y crisis del proyecto vital (2,9%). En este último apartado, se constata que los porcentajes más altos de mujeres que manifiestan crisis de su plan de vida se corresponden con las solteras y las separadas debido a que casi siempre los proyectos femeninos incluyen a otros: pareja, hijos...
El grupo más numeroso de las llamantes al Teléfono de la Esperanza está constituido por mujeres de edades entre los 40 y 49 años (38,7% de las usuarias) y también las comprendidas entre los 30 y 39 años (18,6% del total). Por tanto, cerca del 60% de las usuarias de nuestro servicio tiene entre 30 y 50 años, la época de la vida de las mujeres en la que más se sobrecargan de responsabilidades tratando de compaginar papeles tan complejos y absorbentes como el de trabajadora, madre, esposa y cuidadora de los familiares mayores dependientes, lo que lógicamente les genera un alto nivel de estrés y ansiedad.
A pesar del sobreesfuerzo que asumen, muchas de las llamantes manifiestan sentimientos de frustración y de culpabilidad porque creen que no responden a lo que se espera de ellas.
Los orientadores del Teléfono de la Esperanza recibieron el año pasado 1.027 llamadas de mujeres que manifestaron su deseo de quitarse la vida, lo que supone el 1,3% del total de llamadas (79.505) realizadas por las usuarias. En esta labor de prevención del suicidio, los orientadores atendieron 849 llamadas de mujeres que estaban ideando la posibilidad de matarse, 178 llamadas en las que las llamantes ya habían decidido suicidarse como 'salida' a su situación de crisis emocional, y 46 en las que la comunicante estaba llevando a cabo el intento de suicidio en el momento de la llamada.