El Consejero de Educación achaca a la falta de motivación de los estudiantes y de preparación del profesorado los malos resultados obtenidos en el PISA 2013.
Publicar el "ranking" de centros en base a las pruebas de diagnostico no solo no servirá para mejorar los resultados sino que será, además de una injusticia para quienes realizan su tarea con menos medios y más dificultades, causa de nuevos conflictos.
Los nervios parecen haberse apoderado del titular de Educación, Pedro Antonio Sánchez, a la vista de su reacción ante los malos resultados obtenidos por los estudiantes murcianos de 15 años evaluados en las pruebas internacionales PISA; da la impresión de que estos resultados pudieran convertirse en un obstáculo en la desenfrenada carrera a la sucesión a la que se encuentra entregado y a la que consagra la práctica totalidad de sus preocupaciones y dedicación.
Como si lo único que importase fuese aparecer cada día fotografiado en los medios aparentando hacer algo, Sánchez ha conducido a la Consejería de Educación en el breve tiempo que lleva a su cargo a la inoperancia práctica y a significativas meteduras de pata, como ha ocurrido en todo lo relacionado con el intento de privatización del antiguo plan PROA. El Consejero ha abandonado la vía de la negociación (que pareció abrazar en el tema de las oposiciones de secundaria) y ha elegido la imposición por vía de hecho de cada una de sus decisiones posteriores.
La reacción ante los resultados PISA le delata. Sánchez en su valoración ha disparado contra todo lo que se mueve, pero no ha dicho ni una sola palabra sobre la gestión del sistema educativo murciano que es responsabilidad exclusiva de la Comunidad desde 1999. Así Sánchez ha cargado contra los estudiantes a los que achaca no estar suficientemente motivados, contra el profesorado del que ha afirmado -sin mayor prueba que lo avale- que está falto de formación (como si a él mismo le sobrara), contra los equipos directivos –cuyo desempeño pretende valorar en función de los resultados académicos del alumnado- , y contra los propios centros educativos (especialmente contra los que soportan mayor grado de dificultades y penurias) para los que anuncia el establecimiento de un sistema de premios y castigos vinculado también a los resultados académicos. Ni una sola palabra sobre las políticas educativas impulsadas en estos años desde la Consejería; ni una sola palabra sobre el progresivo deterioro y degradación de los centros públicos ni sobre la asfixia económica a la que se les somete desde la Consejería y los Ayuntamientos; ni una sola palabra sobre el desmantelamiento de las medidas de apoyo y refuerzo en los centros públicos. ¿Para qué, si se dispone del profesorado de la escuela pública como cabeza de turco de los errores e incompetencia de la Administración?.
CCOO rechaza las conclusiones a las que llega el Sr. Sánchez y considera que la decisión de publicar en dos semanas el ranking de centros es una operación para desviar la atención de la opinión pública a las diferencias que habrá entre unos centros y otros; diferencias fáciles de predecir cuando la realidad de la escolarización es muy diferente entre los centros educativos en función del lugar en que se emplazan y el tipo de población que acogen. Pretende así eludir que la opinión pública se pregunte por las políticas educativas desarrolladas por la Administración regional. CCOO considera que todos los centros educativos desarrollan una labor encomiable y merecedora de reconocimiento a partir de la situación de la que cada uno parte.
CCOO desmiente que esté participando, y tampoco le consta que lo estén haciendo otros sindicatos, en la implantación de ningún plan que contemple un programa de evaluación de los centros, ni una auditoría que mida y analice los resultados del alumnado, el trabajo de los equipos directivos o el desempeño de sus tareas por parte del profesorado. De los 8 grupos de trabajo constituidos en octubre solo el que versaba sobre el concurso de traslados abordó el contenido para el que se constituyó y terminó sin acuerdo. El resto ni siquiera se ha reunido, salvo el que trata sobre condiciones laborales del profesorado de servicios a la comunidad, y ninguno tiene previsto abordar las cuestiones que anuncia la Consejería.
Sí es cierto que la Consejería ha convocado para el próximo 16 a los sindicatos para hablar sobre el resultado de PISA y, en teoría, recoger las valoraciones y aportaciones de las organizaciones sindicales, pero no es cierto que se nos haya convocado para hablar sobre la publicación –que rechazamos- de los resultados de las pruebas de diagnóstico (que se realizaron con la garantía de que no darían lugar a una clasificación de centros). A la vista de que, según cuentan los medios de comunicación, la Consejería ya ha tomado sus decisiones nos tememos que la reunión intente utilizarse como un instrumento de legitimación de decisiones unilaterales. En esas condiciones la reunión se convierte en una pamema desprovista de contenido a la que CCOO se planteará si merece la pena asistir.