El coordinador regional, Rafael Sánchez, considera que la liberalización de nuevas plantaciones de viñas ocasionaría un grave perjuicio a los viticultores de Bullas, Jumilla y Yecla, y pide al consejero Cerdá que haga una "defensa beligerante" en Bruselas, junto al ministro Arias Cañete, para que no desaparezcan los derechos de plantación del viñedo.
Murcia, 18 de septiembre- El coordinador regional de UPyD, Rafael Sánchez, ha expresado el rechazo de su formación política a la liberalización de los derechos de plantación de viñedos, "que perjudicará gravemente a nuestras tres Denominaciones de Origen y ocasionará un grave perjuicio los viticultores de Bullas, Jumilla y Yecla".
Para Sánchez, las declaraciones del ministro de Agricultura Arias Cañete, asegurando que esperarán a conocer el resultado de los trabajos del grupo de alto nivel de la Comisión Europea para "deliberar y tomar las decisiones oportunas", junto con las recomendaciones a empresarios vitivinícolas de "que consideren los mercados exteriores e interiores de forma global, y "que sepan leer, en cada caso, las condiciones del entorno", resultan inquietantes y suscitan dudas sobre que hayan sido más una actitud de cara a contentar a los agricultores que a una convicción propia por mantener el actual sistema de Denominaciones de Origen. Máxime cuando el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, ha apuntado que la Comisión estudia un sistema que dejaría la puerta abierta a que las organizaciones inter-profesionales asumieran la regulación de los vinos con denominación de origen.
Por estas razones, Rafael Sánchez ha pedido al consejero Cerdá que aproveche su visita de esta semana a Bruselas, acompañando al ministro Arias Cañete, para transmitirle la inquietud manifestada por la totalidad de la organizaciones agrarias regionales y nacionales, así como la propia Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas, de que se liberalicen los derechos de plantación de viñedo, inquietud que UPyD de la Región de Murcia comparte.
Para Sánchez, la inevitable globalización que la Organización Común de Mercados del vino (OCM) pretende imponer, sólo se puede combatir con vinos de calidad elaborados bajo el estricto control de las unas DD OO públicas, y no es compatible con la expansión de la superficie de viña que provocaría la liberalización de los derechos de plantación.
La liberalización de los derechos de plantación de viñedo provocaría un exceso de la oferta, con su consiguiente bajada de precios, y una devaluación de los productos de calidad, que repercutirá de una forma especialmente negativa sobre nuestras tres DD.OO, en las que debido a nuestra climatología se atiende más a la calidad de los caldos que a los rendimientos por hectárea.