Desde 2004 no pisaba el escenario que lo trajo por vez primera a España, allá en 1997. Sí, Carlinhos Brown es un hijo del festival, uno de esos tantos artistas que pisaron por vez primera Europa o España gracias a La Mar de Músicas. Todavía se recuerda ese concierto de 2004 donde se agotaron las entradas meses antes del comienzo del festival y que junto a Bebo Valdés hicieron del Parque Torres un pequeño "milagro de Candeal". Poco hay que añadir más de su carrera, sobradamente conocida. Ha dejado de ser un artista de circuitos más reducidos, para convertirse en un artista reconocido allá por donde va. Viene a Cartagena a presentar su nuevo disco Mixturaçao. Fiestón asegurado, para la clausura de La Mar de Músicas, mañana sábado 28 de julio, a las 23:00 horas. Entradas, 25 Euros.
Además, y cuando acabe el de Brasil, será el turno de Baloji & L´Orchestre de la Katuba. El hip-hop se alia con el ndombolo, el soukouss... con Baloji. Nacido en la República Democrática del Congo. La dura realidad de su país llevó a su padre al exilio, para establecerse con el vástago en la tranquilidad aparente del territorio belga; poco tiempo después, Baloji encontró los caminos del rapeo, el hip-hop y la cultura afroeuropea desde edades tempranas. Tardó años en establecerse como un intérprete respetable, hasta que en el 2008 salió a la luz su disco debut, Hotel Impala, un recuento personal que respondía a sus conflictos identitarios, la dolorosa relación que mantenía con su madre y otras turbulencias de la intimidad. Insatisfecho, fue fiel a muchas de las historias de sus compatriotas: buscar su semilla, lo que le llevó de regreso al Congo. Allí revisó los sonidos de su debut y comenzó a trabajar con gigantes de la escena africana en general, como KononoN1, Royce Mbuma, Zaiko Langa-Langa y otros. La respuesta le dejó tan entusiasmado que se decidió por comenzar, también, a componer nuevo material bajo estos influjos. El resultado fue "Kinshasa Succursale". editado en enero de 2010, coincidiendo con el 50° aniversario de la famosa mesa redonda del Congo, que dio lugar a un importante consenso sobre la independencia del futuro del país. La canción "Indépendance chacha" fue el himno y el escudo de aquel suceso, y la misma que encabeza el álbum de Bajoli. "Kinshasa Succursale" se envuelve de un espíritu de ida y vuelta, capaz de hermanar a sus compatriotas y a la vez traspasar fronteras. Baloji está en el centro de la cultura del intercambio.
El fin de fiesta lo pondrá John Talabot. En poco más de dos años, el barcelonés John Talabot ha pasado ser un productor semidesconocido a convertirse en una de las grandes revelaciones de la electrónica y en un artista capaz de cautivar a Ewan Pearson, colarse en la lista de lo mejor del año de Pitchfork, colaborar con Delorean y sentar cátedra en lo que a house orgánico y envolvente se refiere. Siguiendo los pasos de Four Tet y cruzando el Northern soul con el sonido de Chicago, este barcelonés que se resiste a mostrar su cara pasa por ser la gran esperanza blanca de la electrónica.