El coordinador regional de UPyD, Rafael Sánchez, ha calificado de “nuevo lastre para las ya delicadas finanzas de la CARM”, la posibilidad de ejecución de los 200 millones de euros con los que el Gobierno regional avaló a la empresa Aeromur para que pudiera terminar las obras del aeropuerto de Corvera. Del mismo modo, ha responsabilizado al Gobierno regional por su empeño en una infraestructura “que ya anunciaba riesgos importantes”.
Para Sánchez, esta noticia es la constatación de la “ausencia total de previsión” sobre la necesidad real de dos infraestructuras aeroportuarias en la Región, así como la falta de coordinación entre las Administraciones central y autonómica, “que han mostrado su irresponsabilidad y han permitido, a sabiendas de su inviabilidad, un derroche millonario”.
En este sentido, Rafael Sánchez ha señalado que es incomprensible que unas inversiones tan importantes, como los 200 millones de euros avalados por el Gobierno regional para Corvera, o los 65 millones de euros para la segunda pista de San Javier, más otros 10 en la terminal, ejecutados con el Gobierno del PSOE, se hayan realizado, sabiéndose como se sabía, que dos aeropuertos civiles separados por 35 km era un disparate y un despilfarro. “Ambas Administraciones se ignoraron y siguieron actuando como si no existiese la otra”. Sánchez ha subrayado también que “al igual que en otros temas, como el agua, para el PP y el PSOE han primado el interés de su lucha partidista y el oportunismo político por encima del interés general”.
Rafael Sánchez ha manifestado sus “dudas cada vez más evidentes” sobre las posibilidades reales de que el aeropuerto de Corvera termine abriendo sus instalaciones. “Al retraso de apertura hasta el verano de 2013, se suma ahora la posibilidad de que se tenga que hacer frente a 200 millones, un desastre de gestión por parte del Gobierno regional que demuestra el despropósito del proyecto y su inviabilidad”.
Para finalizar, Sánchez ha indicado que cada vez nos acercamos más a que Corvera se incluya, junto a Ciudad Real y Castellón, “en esa nueva categoría de aeropuertos sin aviones, pero a costa de hundir la economía de las arcas públicas y las posibilidades de recuperación para la Región”.