No es posible dudar actualmente de la grave crisis económica en la que nos hallamos sumergidos, ni de que, aunque CCOO considera que otra reorganización es posible, son necesarios cambios estructurales. Pero es imposible contribuir, ya que el ejecutivo no negocia, en dicho proceso.
No existe en la Consejería de Sanidad ni un líder ni una línea de trabajo argumentada. La Consejera Palacios expresa su opinión sin cortapisas, parece no haber un filtro entre lo que piensa y lo que dice. La FSS-RM no opina a priori sobre la falta de experiencia de un gestor en materia sanitaria pero en este caso el argumento es claro: desconoce totalmente el funcionamiento y la legislación sanitaria básica y segundo, no parece contar con sus colaboradores sanitarios para que evalúen sus posibles declaraciones.
No es necesario tener amplios conocimientos del procedimiento administrativo para conocer que por el propio nombramiento del personal estatutario, no es posible que un facultativo especialista de área pueda realizar ninguna actividad profesional fuera del área al que se encuentra adscrito. Que el CIAS (Código de asistencia sanitaria de área) adscribe a un facultativo de medicina de familia o pediatra a un determinado cupo de población, y por tanto no es posible obligar a un facultativo a ocuparse de otro cupo en caso de incapacidad temporal o vacaciones de otro facultativo.
Por último, no es posible obligar a un trabajador a permanecer localizado fuera de su jornada ordinaria. Deber ser un hecho voluntario y su remuneración está fijada en el decreto de retribuciones del personal estatutario del SMS para el año en curso.
Y este sólo es un ejemplo de respuesta a las declaraciones de la Consejera de Sanidad en esta última semana. Esta suerte de irreflexivas declaraciones hacen muy sencilla la labor sindical de esta Federación, pero también crea un ambiente propicio para que determinadas organizaciones corporativos se erijan en defensores del un determinado colectivo y consigan deslegitimar a la institución.
En palabras del Secretario General de la FSS-RM, Javier Lanza: “es necesario recordar tanto a esos sindicatos como al Ejecutivo, que acude con gran asiduidad a los actos que aquellos convocan, que los representantes de los intereses los trabajadores son quienes ellos deciden independientemente de a quién represente esa organización”.
Además, incide en que los dirigentes de la Sanidad Pública deben ser quienes analicen, evalúen y establezcan una organización lo más eficaz posible, no quien haga declaración de intenciones sin validez contrastada. Esta actitud sólo conlleva desconcierto no sólo ante los trabajadores sino ante la ciudadanía, sobre la profesionalidad de los dirigentes.