El miércoles, la consejera Mª Ángeles Palacios presentó los presupuestos para 2012 para su Consejería y, aunque CCOO no es ajena a la realidad de la Comunidad Autónoma (CCAA), -una CCAA sin una gran deuda pública pero con un gran problema de ingresos-, nunca podrá estar de acuerdo con que el peso del ajuste económico que se precisa pase por un único punto, disminuir el número de puestos de trabajo y las prestaciones de los que mantengan el empleo.
Sí, disminuir empleos y salarios, porque lo denominen como lo denominen no renovar contratos es sinónimo de despedir y el resultado es más personal sanitario desempleado y más familias sin sustento. Por otro lado, aumentar el horario de trabajo de 36 horas y media a 37 horas y media es pagar lo mismo por el mismo trabajo y por tanto, disminuir el salario.
En la FSS-RM sabemos que una parte de la población no ve con malos ojos centrar los recortes en los trabajadores públicos, basándose primero en que son los que mantienen el trabajo en un país con 5 millones de parados y segundo, por una "leyenda urbana" muy extendida que cataloga a todos los funcionarios como vagos e incumplidores. Y no nos equivoquemos, a los diferentes Ejecutivos les convienen ambos argumentos y así, es mucho más sencillo y popular agraviar a los empleados públicos antes que otras alternativas. Pero estas medidas tienen consecuencias y es importante destacarlas. Detrás de cada empleado público hay una familia y las mismas cargas familiares que los trabajadores del ámbito privado, y además los funcionarios son únicamente el 10% de la población y por supuesto, no son quienes han provocado esta crisis.
CCOO siempre está dispuesta a negociar propuestas de control del gasto y reformas tanto estructurales como laborales. Los trabajadores de la Sanidad pública asumen la realidad de la economía autonómica pero también exigen que los sacrificios se repartan entre todos los ciudadanos y sobretodo que no le engañen con la terminología: Despedir y Recortar.