La diputada regional del Grupo Parlamentario Socialista, Teresa Rosique exigió al Gobierno de Valcárcel que pida perdón a la ciudadanía de la Región por haber mentido reiteradamente, al decir que había 450.000 murcianos invisibles para el Gobierno de España.
Las declaraciones del secretario general de la Consejería de Sanidad, Martín Quiñonero, desmontan, según la diputada, la mentira del PP que viene culpando al Gobierno de España de no haber reconocido a todos esos murcianos en el actual sistema de financiación autonómica.
Rosique indicó que al desenmascaramiento del discurso fraudulento del Ebro, mantenido durante años por el Partido Popular para obtener votos, se desmonta ahora otro engaño como es la afirmación de que más de 450.000 murcianos eran invisibles para el Gobierno de España.
Debate en Radio Murcia
El secretario general de la Consejería de Sanidad reconoció ayer en un debate celebrado con la diputada socialista, Teresa Rosique, en Radio Murcia de la Cadena Ser, que no son más de 450.000 los murcianos sino 45.000.
Rosique recordó que el sistema actual de financiación contempla y actualiza la población de forma automática año a año, por lo que aconseja a Valcárcel que "se reclame a si mismo la ratificación del acuerdo del anterior sistema de financiación, que aprobó Aznar y que él asumió sin rechistar. Ese modelo no contemplaba la actualización de población y obviaba a muchos de los nuevos murcianos".
Rosique añadió que "esa injusticia, respaldada por el presidente Valcárcel, ha sido reparada por el modelo de financiación autonómica aprobado por el Gobierno socialista de España. Un modelo que reconoce la población real de nuestra Comunidad Autónoma, cuya financiación fijaba para 2010, 1.4oo.000 murcianos.
"El PP, que es perfectamente conocedor, por las transferencias del Estado de que la población real de la CA estaba siendo atendida por el Gobierno de España, ha seguido mintiendo a los ciudadanos de la Región diciendo sistemática y reiteradamente que más de 450.000 murcianos eran invisibles para Zapatero, algo que no se puede consentir".