El colectivo sigue sufriendo las consecuencias de la difícil situación económica pero se acerca a una situación de estabilidad
El crecimiento económico en la Región de Murcia no termina de despegar provocando que las empresas, de forma generalizada en todos los sectores, vean como se reduce su actividad. Las empresas familiares no son ajenas a esta tendencia pero se van acercando poco a poco a una situación de estabilidad. Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer del quinto barómetro del Observatorio de la Empresa Familiar, que permite analizar cuáles son las percepciones, los problemas y las necesidades de un colectivo que representa el 85% del tejido empresarial.
Según los datos recogidos en el estudio, un 52% de las empresas familiares considera que su situación actual es similar a la del año pasado, un 37% reconoce que ha empeorado y el 11% restante cree que ha mejorado. Estos datos muestran la complicada situación que vive todavía el colectivo pero indican una leve mejoría respecto a periodos anteriores.
De hecho, el indicador de confianza empresarial, que refleja las expectativas de futuro, se ha situado en los -4,4 puntos, lo que supone un crecimiento de casi 15 puntos respecto a finales de 2010. Este paso hacia delante se debe a que los indicadores de actividad empiezan a aumentar. En los primeros seis meses de 2011, un 21% de las empresas familiares ha mejorado su cifra de negocio, un 31% ha incrementado sus inversiones, un 15% ha elevado los precios de venta de sus productos, un 21% ha generado empleo y un 14% ha ampliado los niveles de exportación.
Sin embargo, siguen existiendo grandes dudas sobre lo que va a ocurrir en los próximos meses. En este contexto, las mayores preocupaciones que ha mostrado las empresas familiares son, por este orden, la disminución de la demanda (26,2%), los problemas de financiación (23%), los niveles empleo (21,3%) y aquellos relacionadas con la falta de confianza en la economía (18%).
Para darle la vuelta a la situación, el 56,3% los empresarios tiene claro que es necesario aplicar medidas financieras para garantizar la solvencia; el 48% solicita profundizar en la reforma laboral para lograr una mayor que permita generar empleo y un 41,6% cree que hay cambiar la orientación de la gestión de la situación actual por parte de la clase política.
Por su parte, el 35,5% de los encuestados apuestan por medidas económicas que incluyan una reforma fiscal y una disminución de los impuestos, mayor consistencia en materia de política económica, estimulación de la demanda de productos y estabilidad en el precio de las materias primas. En menor medida, las empresas sostienen la necesidad de mejorar el funcionamiento de las Administraciones Públicas (23%) y un cambio de gobierno (20,8%).
Mientras tanto, para seguir siendo competitivos, las empresas familiares están apostando por políticas de control de costes –un 39,3% del total- lo que supone un control rígido sobre el proceso productivo y una reducción de los precios. Otras opciones estratégicas que se están aplicando hacen referencia a mejorar el servicio al cliente para adaptar el producto a la demanda real (23%) o apostar por la calidad como elemento diferenciador (16,4%).
Las conclusiones del barómetro, que se ha elaborado a través de entrevistas personales con 62 empresas representativas del tejido económico regional, las han presentado Juan Hernández Albarracín, director del Instituto de Fomento; José María Albarracín, presidente de la Asociación Murciana de Empresa Familiar; Juan Monreal, director de la Cátedra de la Empresa Familiar; y María Isabel Sánchez-Mora, vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Murcia.